Versos desde El Toboso

El placer de la escritura o Nuevo retablo de Maese Pedro es el título de un curioso, extenso y muy cuidado volumen que acaba de aparecer a través del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz (UCA) con un triple propósito: rendir homenaje a Cervantes en el cuarto centenario del Quijote, plantear una reflexión sobre la escritura y ofrecer una panorámica de la poesía gaditana escrita por mujeres durante las últimas décadas.

La idea surgió de Ana Sofía Pérez-Bustamante, poeta y profesora de la UCA que ya había reunido anteriormente con fortuna a un nutrido grupo de artistas plásticas y arquitectas gaditanas en el libro 17 Odiseas en el espacio. "Los dos libros se me ocurrieron a la vez, y ambos nacieron con el afán de acercar una colección de discriminación positiva, Textos y Estudios de Mujeres, al entorno vivo, creativo y cercano. Siempre me pareció muy triste que la gente se muera para que alguien le haga caso", explica la profesora.

"A las artistas el libro les hizo en general mucha ilusión, no sé, fue como si a partir de él pisaran más seguras. Éste de las poetas sufrió muchos retrasos, era un viejo proyecto que luego se dinamizó: cuando se acercaban los homenajes a Cervantes, pensamos que el planteamiento inicial podía ser más ambicioso", añade Pérez-Bustamante.

Cuatro generaciones

Como antología, El placer de la escritura o Nuevo retablo de Maese Pedro reúne a 12 autoras pertenecientes a cuatro generaciones: la de los cincuenta, representada por Pilar Paz Pasamar; la del 68 o del 70, con Eloísa Sánchez Barroso como ejemplo; la de los ochenta, la más concurrida, con Dolors Alberola, María Rosa Vicente, Josela Maturana, Pepa Caro, Inmaculada Moreno, Ana Sofía Pérez-Bustamante, Verónica Pedemonte, Mercedes Escolano y Josefa Parra; y por último, un exponente de la generación de los noventa, Carmen Moreno. La edición se completa con un prólogo de la profesora María del Carmen García Tejera e ilustraciones de la pintora Candi Garbarino.

"A la hora de redactar sus respectivos textos, me limité a hacer algunas sugerencias: podían seguir un hilo autobiográfico, ensayar una autoantología, reflexionar sobre la condición de la mujer escritora sin ponernos histéricas, pero sobre todo huir de la monotonía", comenta Pérez-Bustamante.

Todas las escogidas son autoras de una obra consolidada, si bien la diversidad es la nota dominante. Sus propuestas van del intimismo a la provocación erótica, pasando por la revisión de las vanguardias o un neoexistencialismo afín a lo que se dio en llamar poesía de la experiencia. De hecho, uno de los principales atractivos del libro es el modo en que cada una de ellas expone su propia poética y narra su propia peripecia en el oficio de las letras.

Para la coordinadora de la edición, el resultado final pone de manifiesto el buen momento que atraviesa la poesía gaditana escrita por mujeres. "Yo la veo estupenda", celebra. "Cuando Manolo Moya estaba preparando una serie de libros dedicados a mujeres poetas en Andalucía, afirmaba que aquí no había tenido ningún problema para encontrar autoras. Cádiz, y también Córdoba, han tenido siempre mucha fuerza. Es curioso cómo en un ámbito socioeconómico más bien deprimido, hay mucho arte en general: muchos poetas, muchos pintores...", agrega la profesora.

¿Puede adivinarse, a tenor de los contenidos de este libro, qué rumbo o rumbos está tomando la poesía actual? La coordinadora se atreve a hacer su propia apuesta. "Veo al menos tres cosas: la primera, una poesía neoexistencial. Ya la ironía se ha dado mucho, y va como de recogida. Otra, que hay una tendencia a los poemas más cortos. Y por último, se ve un repunte cívico, que tal vez siempre estuvo ahí, muy marginado, y ahora vuelve a revelarse, pero que también puede ser muy peligroso si está guiado por el pensamiento políticamente correcto. Es un arma de doble filo si llega a convertirse en corsé mental", apostilla.