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Reportaje:

Otro proyecto al cajón del olvido

El Auditorio de Vitoria se retira hasta nuevo aviso después de tres años de proyecto

En 1997, una sala de la calle Dato de Vitoria acogía una exposición que presentaba el proyecto de un tranvía que uniría el nuevo barrio de Lakua con el centro. Era una oferta del Gobierno vasco que al final se desestimó porque no gustaba el recorrido. Ahora, pasado este tiempo, parece que se ha retomado la propuesta y que quizás en 24 meses se ponga en marcha por un trayecto muy parecido. Diez años perdidos por falta de voluntad política.

Este parece el sino de Vitoria con sus grandes proyectos. La falta de un gobierno mayoritario y la dificultad de alcanzar consensos han llevado a un estancamiento de la ciudad. Primero con José Ángel Cuerda y ahora con Alfonso Alonso. El último episodio ha sido el del auditorio que esta semana ha quedado postergado por lo menos dos años, hasta las próximas elecciones municipales, si las posiciones del alcalde y de la oposición no se acercan, algo bastante improbable.

"La ciudad se ha estancado por la dificultad de alcanzar consensos"

Y eso que en apariencia no falta voluntad. En aquella exposición del tranvía, la entrada era un billete gratuito para el primer viaje. Ahora, con el auditorio, en ningún momento se ha puesto en duda que su construcción sea necesaria para Vitoria. La proliferación de edificios emblemáticos en las ciudades vecinas (Guggenheim y Euskalduna en Bilbao, Kursaal en San Sebastián, Baluarte en Pamplona) hacía casi obligado impulsar un proyecto similar en la capital alavesa.

Alfonso Alonso, candidato del PP, lo tenía claro aquel 13 de junio de 1999 en el que consiguió la alcaldía de su ciudad. Su huella para la posteridad en la historia de Vitoria sería un palacio de la música y las artes escénicas levantado por un arquitecto de prestigio. Tenía otros proyectos que ya se habían apuntado años antes o se intuían por imprescindibles antes o después, como la estación intermodal, la reforma de parcela de la plaza de toros, el soterramiento de las vías del tren, la unificación de todas las dependencias municipales en un edificio único...

Pero la novedad era este auditorio, una infraestructura que relevara al viejo pero entrañable Teatro Principal, más cerca del siglo XIX que del XXI que asomaba. Fue, por cierto, en el primer año de este nuevo siglo cuando se dispusieron las primeras conversaciones. PP-UA, PSE y PNV, la gran mayoría del pleno, no tenían dudas: era necesario. Pero llegó el primero de los múltiples obstáculos a los que se iba a enfrentar el proyecto: el lugar. Alonso y su equipo preferían claramente una ubicación más "noble", la parcela llamada Castilla Sur, junto a La Senda, frente a Ajuria Enea. PNV y PSE apostaban ya en diciembre de 2001 por la plaza de Euskaltzaindia, junto al Gobierno vasco, en Lakua, como forma de potenciar la nueva Vitoria.

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Alonso se mantuvo en sus trece, convocó un concurso cerrado de proyectos, en el que participaban cinco firmas de prestigio: Hergoz y de Meuron; Vázquez Consuegra, Navarro Baldeweg, Isozaki y Jean Nouvel. Segundo obstáculo: estos dos últimos se marchan del concurso porque piden más dinero al tener que trabajar en dos parcelas en lugar de una. En aquel tiempo, las buenas relaciones PP-PSE consiguieron que se salvara estas dos primeras contrariedades.

Ya es sabido. Ganó Navarro Baldeweg en 2002 con un proyecto que aúna poesía y geometría, con una piel que busca su integración en el paisaje boscoso de La Senda. Ahora, casi tres años después y duplicado el presupuesto, vuelve el primer obstáculo, aquel de las parcelas. El Auditorio, archivado.

Centro o periferia

Las palabras se las lleva el viento, el mismo que inspiró el proyecto de Navarro Baldeweg, como argumentó cuando supo que había ganado: "Sabíamos que el viento nos iba a dar la forma". Y así, entre dimes y diretes, el auditorio ha supuesto un interesante debate de tres años entre centro y periferia. Pero también ha sido frustrante y oneroso: sin que se acabe de poner la primera piedra, el estudio del arquitecto cántabro ya se ha embolsado tres millones de euros.

Un problema grave, el de este parón. Así lo entiende el arquitecto Javier Mozas. "Las ciudades de alrededor están tomando posiciones: han construido equipamientos y Vitoria que estaba a la cabeza con su red de centros cívicos, se mantiene en el mismo lugar que hace diez años. Ahí está el Europa que se ha quedado anticuado como Palacio de Congresos". Mozas sabe de qué habla: es autor de algunos de esos equipamientos deportivo-culturales, el verdadero orgullo de la ciudad, y en estos momentos está trabajando en tres proyectos claves de la nueva Vitoria: el centro cívico del Pilar, la remodelación de la parcela de la plaza de toros y la nueva sede de la Caja Vital, en el barrio Salburúa.

Precisamente, este edificio pretende hacer ciudad, en palabras del director de la entidad, Gregorio Rojo, que no entra en el debate del auditorio. "Soy respetuoso con las decisiones del Ayuntamiento", ha dicho en más de una ocasión, pero también entiende que un palacio de congresos es imprescindible. La propuesta del PNV y PSE hablaba de un espacio polivalente. "Es una cuestión de rentabilidad, yo creo que sí se pueden desarrollar las posibilidades de auditorio y palacio de congresos en un mismo edificio", comenta Javier Mozas.

Algo que también pedía el Gobierno vasco (uno de los financiadores del proyecto) y que el alcalde Alfonso Alonso había aceptado e incluso se habían encargado las posibles reformas a Navarro Baldeweg. Pero ni esa decisión ha convencido a PSE y PNV de cambiar su decisión. Y eso que, para muchos vitorianos, incluido el ex director del Conservatorio, Sabin Salaberri, la ubicación junto a La Senda es más que necesaria, porque garantizaría una asistencia que en Lakua se plantea como dudosa. "Hay determinadas funciones de representatividad social que se desarrollan en el centro; que es muy difícil que se consigan en la periferia", dice Mozas.

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