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Reportaje:

Más carriles al centro de la Costa Brava

El ensanchamiento de la C-31 desde Santa Cristina d'Aro suprime un punto conflictivo de la red viaria

El pasado fin de semana se dio un paso adelante en la supresión de las eternas retenciones para acceder al centro de la Costa Brava. La entrada en funcionamiento de los cuatro carriles del último tramo desdoblado de la carretera C-31, en Santa Cristina d'Aro (Baix Empordà), elimina uno de los puntos conflictivos de la red viaria de la zona, ya que hasta ahora, en días punta, los conductores se veían abocados a una circulación lenta para acceder a los principales municipios de la costa. La obertura de este tramo de la variante una semana antes de lo previsto (todavía queda por terminar la mediana que separa los dos sentidos de la circulación) permitirá ponerla a prueba durante el puente de Sant Joan. De acuerdo con las previsiones de la Generalitat, durante el mes de agosto por esta vía pasarán unos 40.000 usuarios al día. La actuación sobre la variante de Santa Cristina ha supuesto una inversión de 12,2 millones de euros e incluye una calzada de 20 metros de ancho, tres puentes y un viaducto de 156 metros que atraviesa el río Ridaura con el objetivo de que la fauna del entorno no encuentre ninguna barrera en su paso de un lado a otro del mismo.

La Cámara de Comercio de Sant Feliu de Guíxols ha visto con buenos ojos la entrada en servicio del desdoblamiento tras años de reivindicaciones para acabar con la congestión. La cámara considera que los dos nuevos carriles de este tramo de la C-31 no servirán para suprimir las retenciones para acceder al centro, pero sí ayudará a tener una circulación más fluida. Por su parte, el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, cree que se abre "una nueva etapa" en lo que se refiere a las facilidades para acceder a la Costa Brava, que a partir de ahora dispondrán de 30 kilómetros de carreteras "en condiciones". En el marco de las actuaciones para agilitar la circulación de vehículos hasta la costa, esta misma semana han terminado las obras de condicionamiento de la carretera entre Cassà de la Selva y Llagostera, donde se han invertido 690.000 euros para mejorar la calzada, la señalización y los sistemas de seguridad.

La puesta en marcha de uno de los tramos más deseados por los vecinos de Santa Cristina y Platja d'Aro ha ido acompañada de otra buena noticia. Se trata de la licitación y construcción del tramo entre Vidreres y la costa de Alou de la carretera C-35, una operación también largamente reclamada que permitirá mejorar la conexión entre Barcelona y la Costa Brava. Esta actuación forma parte del eje entre Maçanet de la Selva y Platja d'Aro, que conecta la autopista AP-7 con Santa Cristina y permite que los conductores procedentes de la capital catalana accedan directamente a las principales poblaciones de la costa. La empresa pública Gestión de Infraestructuras (GISA) también ha licitado el tramo de la C-35 entre Maçanet y Vidreres y el de la C-65 entre Alou y Santa Cristina d'Aro, que ya está totalmente operativo.

La mejora de la variante de Santa Cristina debe complementarse con el tramo entre Platja d'Aro y Palamós -el viernes se aprobó el encargo del estudio informativo-, y el de Palamós a Mont-ras, un proyecto, este último, al que se oponen los comerciantes de la zona porque creen que la nueva carretera dificultará el acceso a sus establecimientos. Aun así, la tramitación del tramo está muy avanzada y las obras podrían empezar a finales de año.

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