Tragsa pone la casa en orden
La empresa pública facturó 674 millones en 2004 y ganó 29 millones de euros
Tragsa ha sido en los últimos tiempos la empresa pública que opera desde la realización de obras de infraestructura hasta de "apagafuegos" en problemas puntuales. Hoy, el grupo ha reorganizado su estructura y redefinido objetivos para mejorar su eficiencia y no tener coste alguno para la Administración.
La facturación se debe en su totalidad a obras con las comunidades autónomas y los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura
El grupo prevé para este año unos beneficios de 30 millones de euros, duplicar el capital social y aumentar un 30% las reservas voluntarias
"Somos una empresa de servicios para las diferentes Administraciones que solicitan nuestros trabajos y que suponen el 100% de nuestra facturación, señala el presidente del grupo José Puxeu.Hemos diseñado una estrategia de trabajo para no suponer ninguna competencia con los grandes grupos en sectores como la construcción o de infraestructuras en general y pretendemos que nuestras actuaciones tengan unos costes competitivos con el resto de las empresas que operan en el mismo sector".
Tragsa es una empresa pública constituida en 1977 dependiente del viejo Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda) que nació prácticamente como un parque de maquinaria para el desarrollo de las obras de infraestructuras que requerían los trabajos de la concentración parcelaria. Su situación actual de la empresa tiene poco que ver con sus orígenes.
Desde una perspectiva accionarial, Agricultura ha perdido la mayoría al ostentar sólo el 38,9% a través del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), la SEPÌ controla el 51%, el 10% la Dirección General del Patrimonio, mientras la comunidad foral de Navarra y las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Cantabria y Madrid tienen pequeñas participaciones.
En lo que afecta a su estructura, el grupo ha tenido en las últimas décadas un crecimiento espectacular hasta llegar en 2004 a un volumen de negocio de 674 millones de euros, 65 millones por encima del volumen presupuestado con un resultado de explotación de 29 millones de euros, ocho más que la cifra prevista y un empleo total de casi 13.000 personas de las que 2.175 son fijas y el resto eventuales. Las inversiones realizadas en este periodo fueron 27 millones.
Estos buenos resultados del grupo se han traducido en un aumento del capital social para este año de 17,7 millones de euros hasta los 32,5 millones de euros y que las reservas hayan pasado en 2004 de 87,8 a 113 millones de euros. De este capítulo, el actual consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y entonces subsecretario de Agricultura, Manuel Lamela, utilizó 111 millones de euros en 2001 para las medidas derivadas de la crisis de las vacas locas. Para 2005 se espera una facturación de 710 millones de euros y un beneficio de 30 millones de euros.
Críticas privadas y oficiales
Durante los últimos años, Tragsa ha sido el centro de diferentes críticas tanto desde el sector privado como incluso desde algunas esferas oficiales. En medios privados se veía como la empresa de la competencia privilegiada desde la Administración y en medios sindicales oficiales se miró con recelo al desarrollar trabajos que podían ser desempeñados por personal propio.
Objetivo del nuevo presidente de Tragsa es poner fin a esas críticas o reticencias. Con vistas a la iniciativa privada, la política del grupo es evitar operar en actividades que puedan ser desarrolladas por las grandes empresas en sectores como la construcción de infraestructuras. En esta línea, Tragsa avanza en su especialización para el desarrollo de muchas obras secundarias en las que puede operar con total garantía dada su amplia estructura por todo el territorio nacional. El grupo sigue desarrollando trabajos par las diferentes Administraciones en tareas que no se pueden cubrir con personal propio de cada departamento.
En 2004, de los 674 millones de euros de producción, 114,9 correspondieron al Ministerio de Agricultura, 120 al de Medio Ambiente y 60,6 millones a comunidades autónomas. Además, se pretende que la facturación por emergencias o situaciones excepcionales sea cada vez inferior para dar una mayor estabilidad al trabajo del grupo. Del total de esa facturación, 154 millones fueron por trabajos de ingeniería y servicios, 101 millones de euros correspondieron a actuaciones de apoyo medioambiental, 94 a infraestructuras agrarias, 79 a equipamientos rurales y 75 a regadíos y aguas subterráneas.
En el plano de la organización interna, el grupo Tragsa ha dado un giro importante para consolidar una estructura unitaria. Frente a la situación anterior donde junto a Tragsa funcionaba como empresa independiente Tragsega para el sector de la ganadería y Tragsatec para el desarrollo informático centrado fundamentalmente en la elaboración del Sig oleícola y el Sig PAC que supone un estudio parcela a parcela de todo el territorio nacional afectado por la política de ayudas comunitarias. Frente a esa situación anterior, en la actualidad todo ha quedado bajo el paraguas de la empresa matriz.
En los años de su política de expansión, la empresa pública llegó a contar con intereses en el sector de la construcción en países como Portugal o Paraguay. Respondiendo a esa misma línea de centrarse en trabajos de servicios con el conjunto de las Administraciones desde unos criterios de rentabilidad y no competencia con la iniciativa privada, se ha cerrado la empresa de construcción que poseía en Portugal, así como las empresas de construcción y forestal en Paraguay.
"Queremos, señala el presidente del grupo José Puxeu, lograr una empresa con una estructura totalmente dimensionada a nuestras posibilidades de trabajo con capacidad para competir en el mercado con cualquier empresa privada. Funcionamos a los precios de mercado. Los resultados del grupo ponen de manifiesto la capacidad del grupo para seguir en su actividad con beneficios. Pretendemos continuar en esa línea para que Tragsa siga sin suponer ningún coste para la Administración".
Una empresa pública para casi todo
Para muchas personas ajenas al sector agrario o al medio ambiente, el grupo Tragsa fue un descubrimiento con motivo de las actuaciones desarrolladas consecuencia del siniestro del Prestige frente a las costas gallegas para el desarrollo de los trabajos de coordinación y limpieza de las playas. Se trata de un grupo con capacidad de respuesta para hacer frente a catástrofes como la del petrolero. Sin embargo, la realidad es que su actividad más importante y lo que la caracteriza realmente, no son las grandes obras o actuar de "apagafuegos" ante grandes siniestros, sino el desarrollo de trabajos secundarios donde en muchos casos no llegan con la celeridad necesaria la empresa privada y las estructuras de los diferentes departamentos de las administraciones. Estas actuaciones van desde trabajos en el campo, excavaciones, retirada de animales, trabajos relacionados con el ahorro del agua, hasta obras como la reconstrucción de una ermita, montaje de ferias, adornar las calles de Madrid para la boda real o levantar el bosque de los ausentes.
Especializada en el trabajo de infraestructuras, el grupo Tragsa centra sus actividades en los Ministerios de Agricultura, Medio Ambiente y las comunidades autónomas en todo el país basándose en una estructura territorial que le permite disponer de los medios adecuados.
Con este currículo por delante, Tragsa se ve como una especie de superministerio que tapa carencias de las Administraciones donde los recortes de personal impiden realizar una serie de actuaciones, sin coste para el Presupuesto.
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