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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Un confuso crecimiento

El Gobierno nipón reduce el avance económico trimestral al 1,2%

La economía japonesa sigue el alza, aunque con más problemas de los esperados. Los últimos datos han reducido su previsión de crecimiento de los 12 últimos meses, desde un 5,3% a un 4,9%. Los principales problemas siguen siendo la deflación, el poco dinamismo del consumo privado, una fuerza laboral envejecida y un sistema bancario que continúa dormido.

El Ejecutivo de Tokio ha recortado sus previsiones de crecimiento económico de los últimos 12 meses desde el 5,3% al 4,9%
Japón mantiene sus viejos problemas: deflación, pobre dinamismo del consumo privado, envejecimiento laboral y debilidad bancaria

El Gobierno japonés revisó esta semana a la baja el producto interior bruto (PIB) de los primeros tres meses de este año al 1,2%, desde el 1,3% establecido hace un mes. La nueva cifra de crecimiento reduce el cálculo de la expansión económica en los últimos 12 meses hasta un 4,9%, cuatro décimas menos que el 5,3% del cálculo inicial. El PIB japonés creció un 2,7% en 2004 y un 2,5% en 2003.

Los problemas son los mismos que han afectado a la economía japonesa en el último lustro: una deflación que ya se extiende por sexto año consecutivo sin dar muestras de ceder, una fuerza laboral que envejece de manera peligrosa, un sistema bancario en que los créditos no crecen y un consumo interno que se mantiene en niveles que no llaman al optimismo.

La peligrosa deflación

La deflación, lejos de ser una buena noticia para los consumidores es síntoma de un gran estancamiento del consumo privado en el país nipón, que representa más de la mitad del PIB. A pesar de que el IPC de abril bajó un 0,3%, confirmando el moderado descenso de la presión deflacionaria, los analistas coinciden en que falta mucho para que el consumo se constituya en un elemento dinamizador de la economía. En 2004, este último indicador sólo creció un 1,5%, tras un 2003 sin movimiento.

El principal elemento para tratar de combatir la deflación ha sido la política emprendida por el Banco Central de Japón de mantener los tipos de interés prácticamente en 0% desde mayo de 2001, una medida que sin embargo no ha tenido el efecto esperado. Prueba de ello es que el nivel de los créditos bancarios concedidos -uno de los indicadores que demuestran el crecimiento de la demanda- se mantienen en las cotas más bajas de los últimos 10 años.

Pese a ello, en su última reunión del jueves pasado, el consejo del Banco Central ha decidido mantener inalterable esta política. Por otro lado, la inflación negativa se mantiene presionada por la escasa oferta de dinero. Este indicador creció un 1,5% en mayo frente al mismo periodo del año anterior, según dijo el Banco de Japón. El incremento es el más pequeño desde diciembre de 2003. La oferta de dinero subió un 1,9% en abril y un 2,1% en marzo.

La anciana fuerza laboral

El otro gran problema es la fuerza laboral nipona. La baja tasa de natalidad de Japón ha generado que la economía del país se resienta, ya que la menor mano de obra no ha sido compensada con un alza en la productividad. En Japón, la proporción de personas mayores de 65 años llegará al 20% en 2006, desde el 10% de hace sólo 20 años. La estrategia del Gobierno ha sido fomentar la prolongación de la vida laboral, muy diferente a la solución de otros países que fomentan la inmigración.

A todos estos elementos, los analistas suman la volatilidad de los precios del petróleo, la apreciación del yen y la desaceleración del crecimiento en China. Elementos que en los últimos dos años han sido los pilares del crecimiento nipón. Pero no todo son malas noticias. Los buenos datos del mercado laboral permiten pensar en una mejora: la evolución media de los salarios repuntó un 0,3% en abril, su primera subida desde noviembre de 2000. Del mismo modo, el gasto de los consumidores experimentó su primer incremento en los últimos tres meses. La tasa de paro también alcanzó sus mínimos de seis años, y se situó en el 4,4%.

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