La Junta impulsa mediante un plan el compromiso social de las empresas

El compromiso de la empresa con la sociedad ha sido a menudo puro maquillaje. Los años pasan y los criterios éticos, de excelencia y de transparencia van calando entre los empresarios. También en Andalucía. El consejero de Innovación Francisco Vallejo anunció ayer en Málaga que la Junta impulsará un plan de incentivos para que las empresas pongan en práctica la responsabilidad social corporativa.

"Andalucía se ha apuntado tarde pero con mucha fuerza". Ana María Castillo, experta en responsabilidad social corporativa de la Universidad de Málaga es optimista ante el vuelco que puede dar la transparencia y costumbres empresariales de la región. La responsabilidad social corporativa dejó hace tiempo de limitarse a la obra social de las cajas de ahorro, y ha sido incorporada por las empresas como un elemento fundamental para su imagen.

"No es filantropía o márketing social, esta política incluye criterios éticos sin costar dinero extra. Sólo es un buen hacer vinculado a la empresa", aclara Castillo. La Consejería de Innovación celebró ayer en Málaga unas jornadas para concienciar a empresarios, directivos de cooperativas, y representantes de instituciones de toda Andalucía de las bondades de estas prácticas. Porque este paraguas implica medidas "revolucionarias" pero al alcance de todas las compañías como el respeto al medio ambiente, la promoción de la sociedad del conocimiento y la transparencia laboral.

Francisco Vallejo admitió que en la actualidad aún existen muy pocas sociedades que adopten estas medidas, y apuntó que "es necesario suprimir las condiciones que convierten al mercado en una jungla". María Gámez, delegada de la Consejería de Innovación en Málaga, explicó que las jornadas se han desarrollado en Málaga por "su crecimiento de empresas pequeñas nuevas, a las que queremos hacer ver que éstas no son prácticas exclusivas de grandes compañías". Con Aragón como referente, la Junta ha publicado una orden de incentivos al desarrollo empresarial en las premian estas políticas de "buen gobierno".

Este civismo empresarial es un compromiso para el que el Congreso ha creado una mesa de diálogo social. El portavoz socialista Ramón Jáuregui explicó ayer que para su éxito ésta debe contar con el apoyo de todos los agentes sociales y no parece fácil: "La CEOE no considera conveniente una intervención administrativa en esta materia y me temo que promuevan un veto". La presión social la ejemplificó a la perfección Jáuregui con un símil ciclista: "Las empresas sienten en el cogote el aliento de los consumidores para premiar o castigar sus productos".