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Reportaje:

Vuelven las costureras al Raval

La empresa Ravaltext se instala en el barrio barcelonés con 10 mujeres dedicadas a arreglar prendas de las tiendas de Zara

Dicen los manuales de economía liberal que el panadero no trasnocha cada día para que la gente tenga pan tierno, sino con el ánimo lícito de lucrarse, de ganar dinero. Todo un elocuente ejemplo de cómo funciona el mundo de los negocios. Pero a veces surgen iniciativas que anteponen el autoempleo y el reconocimiento social al lucro.

En el barrio barcelonés del Raval un grupo de entidades acompañadas de un puñado de costureras pondrán en marcha la empresa Ravaltext, dedicada a hacer arreglos de ropa. Pocos saben hoy arreglar unas mangas, unos bajos de pantalón o una sisa. Por eso, los promotores de la empresa -una sociedad limitada laboral- aseguran que hay mercado para estos menesteres basados en el uso diestro de la tijera, la máquina de coser y los alfileres.

Ravaltext no busca ganar dinero, sino insertar a mujeres que llevan demasiado tiempo en el paro: más de 18 meses en la mayor parte de los casos o que cobran la renta mínima de inserción social porque bordean el límite de la pobreza.

La empresa tiene previsto abrir sus puertas en el corazón del Raval, en la calle de Sant Oleguer, junto a la Rambla del Raval y muy cerca de Nou de la Rambla, la antigua "avenida de la moda", donde abundaban los sastres y las tiendas de ropa para novias. Aunque no busquen el lucro, los promotores de la empresa de costura no desafían las leyes del mercado y son conscientes de que la firma debe ser capaz de financiarse para mantener los empleos.

La ubicación en el Raval no es casual. El barrio ha sido históricamente uno de los más abandonados de la ciudad. Hace años que está reinventándose a base de derruir casas, de crear nuevos espacios en forma de parques y avenidas y de renovar el comercio. Desde hace tiempo los comerciantes están promocionando la palabra ravalear como sinónimo de moverse por el barrio, de hacer cosas en él. La ubicación de las costureras en el barrio la apoya el Ayuntamiento de la ciudad, que ha facilitado encontrar el local a la empresa.

Entre los promotores de Ravaltext figura la Fundación Tot Raval, donde se sientan los empresarios Rosa Gil, Enric Pantaleoni, Emili Sarrión y Nuria Paricio, con el apoyo de la fundación un Sol Món, vinculada a Caixa de Catalunya, y la empresa de inserción laboral Surt, especializada en formar mujeres paradas. "Buscamos mejorar el barrio y reinsertar mujeres", dice Fina Rubio, miembro del consejo de administración de Ravaltext y la persona encargada en Surt de la inserción de mujeres para trabajar en ámbitos como la hostelería, las grandes superficies, la construcción y el textil.

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Pero ¿de dónde le viene el trabajo a la nueva empresa? Inicialmente, ya ha logrado el respaldo de Inditex, la multinacional gallega propietaria de Zara, que preside Amancio Ortega. Zara dice que se ha comprometido a facilitar prendas de sus tiendas barcelonesas para que las arreglen estas nuevas costureras del Raval. Las fuentes consultadas de Ravaltext dicen que en una primera fase está previsto arreglar unas 200 prendas diarias, pero se quiere duplicar esta cantidad a medio plazo. Inditex destaca que no participa como socio en la empresa de costureras, pero le aportará pedidos. La empresa gallega enmarca su apoyo a la nueva firma dentro de su plan de responsabilidad social corporativa, que busca garantizar buenas prácticas y respaldar proyectos de corte social.

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