"En Galicia aún vamos a hacer la primera transición"
"En Galicia aún vamos a hacer la primera transición"
Es el único aspirante nuevo en la carrera por la presidencia de la Xunta de Galicia, tras sustituir a Xosé Manuel Beiras como cartel y portavoz nacional del Bloque Nacionalista Galego (BNG). Enfermero en excedencia y senador, Anxo Quintana (Allariz, Ourense, 1959) fue un político precoz que asumió entre 1990 y 2000 la alcaldía de su pueblo, el mismo cargo que habían ocupado sus abuelos durante y antes de la II República. Dialogará con el PSdeG si Fraga no obtiene la mayoría absoluta, aunque no admite su previsible papel secundario.
Pregunta. ¿Qué se juegan los gallegos el domingo?
Respuesta. Iniciar una nueva etapa. Galiza precisa un cambio para que como país tengamos las mismas oportunidades que otras partes del Estado.
"Lo mejor que ha hecho Fraga es volver a presentarse para darnos la posibilidad de derrotarlo"
"Entenderse conmigo es fácil, [Emilio Pérez Touriño y yo] estamos obligados a entendernos"
"Mi única condición [para la reforma del Estatuto] es que tengamos en cuenta los intereses de los gallegos"
"El Partido Popular y sus dirigentes son responsables del atraso que padece Galicia"
P. ¿Y qué se juega usted?
R. Únicamente ser la representación personal de un proyecto que se somete a consideración ciudadana, pero siempre entendí mi participación política como fruto de un trabajo colectivo. Espero tener la responsabilidad después del 19 de dirigirme a los ciudadanos como presidente.
P. O como vicepresidente.
R. Creo más en la cooperación que en la competición, pero cuando me presento es para ganar. El nacionalismo en Galiza nunca se definió por comparación con otro proyecto, no somos más o menos de izquierdas que nadie, ni más o menos galleguistas.
P. Pero ahora compiten con el PP y cooperan con el PSdeG.
R. Somos tres proyectos diferentes. Son unas elecciones gallegas, no unas primarias para La Moncloa ni una segunda vuelta para Bruselas. Aquí gobierna el PP, por eso tenemos como adversario político al PP.
P. Las encuestas reflejan un retroceso más o menos acusado del Bloque respecto a 2001. ¿Hasta dónde sería admisible?
R. Hace tiempo que no hago mucho caso de las encuestas. Y no trabajamos con la previsión de un retroceso, trabajamos con la previsión de una propuesta de cambio que esperamos que tenga un refrendo suficiente.
P. El candidato socialista anunció que renunciaría si no se produce ese cambio político.
R. Me parece bien que los demás establezcan sus hipótesis, incluidas las negativas, respeto su decisión. No estoy en ese caso, estoy pensando en el triunfo.
P. ¿Echa de menos en campaña a Xosé Manuel Beiras o a Camilo Nogueira? ¿Los han marginado o se han automarginado?
R. Cada uno asume el papel que cree que debe asumir y los compañeros que ha citado tomaron la decisión de tener una labor más en segunda fila al no ser candidatos. Respeto su decisión, pero estoy seguro de que han hecho una contribución valiosa.
P. ¿Se siente traicionado por Beiras?
R. Xosé Manuel Beiras es un referente político para el BNG, para el nacionalismo y para Galiza. Respeto siempre las decisiones que adopte y bajo ningún concepto tengo ese sentimiento al que hace referencia.
P. ¿Aspira a pescar votos en caladeros distintos a los tradicionales del Bloque?
R. En Galiza existe un sentimiento de pertenencia al país por encima de muchas cosas y creo que el BNG es la expresión política de ese sentimiento galleguista.
P. ¿Pretende abrir la organización hacia la derecha?
R. No creo que sea un problema de derechas o izquierdas. Se trata de que el BNG, como fuerza nacionalista y progresista, fiel a sus principios y a sus ideas, sea capaz de representar a todos aquellos que consideran que Galiza tiene que estar delante de cualquier otra cosa. Ese sentimiento de pertenencia existe porque la gente sabe que como país hemos padecido una marginación secular dentro del Estado.
P. En algún mitin ha lanzado guiños a los votantes del PP. ¿Podría entenderse con el sector de la boina del PP?
R. Esa división que se hace en el PP entre boinas y birretes me resulta difícil de seguir, conozco a unos y otros. Hay centenares de personas que en otras ocasiones han votado al PP y ahora saben que Fraga no puede ser una alternativa de futuro. Aspiro a que los gallegos vean en el BNG la fuerza capaz de colocar a Galiza en el lugar institucional que le corresponde. En estas elecciones tiene que haber un cambio y para eso el PP, todo el PP, tiene que pasar a la oposición, no por atavismo contra ellos y menos contra sus votantes, que me merecen todo el respeto; creo que por regeneración democrática.
P. ¿Y con los socialistas que piensan como Francisco Vázquez podría entenderse?
R. Soy capaz de dialogar con todo el mundo aunque me resulta más difícil entenderme con algunas personas. En cualquier caso, posturas como las que acaba de relatar son un problema para el partido socialista, que ellos sabrán o deberían resolver.
P. ¿Le gusta Emilio Pérez Touriño para formar un tándem político?
R. Soy una persona con la que resulta fácil entenderse y Touriño lo sabe, estamos obligados a entendernos, pienso que es positivo para Galiza, mi disposición será siempre abierta al diálogo y estoy convencido de que después de las elecciones tendremos que hablar, que es bueno que lo hagamos y lleguemos a acuerdos. Será posible si hay respeto mutuo y estamos convencidos de que lo prioritario es que a Galiza se le respete.
P. Hay temas de calado que les separan, como la reforma del Estatuto o la financiación autonómica. ¿Cómo resolverían esto?
R. Yo, como presidente, nunca definiría lo que tiene que hacer Galiza por comparación con los demás. Tenemos que quitarnos de encima el complejo de inferioridad que sólo sirvió para que Galiza esté como papanatas mirando lo que otros hacen sin dar ningún paso al frente. Mi compromiso es tener el nuevo Estatuto que necesitan los gallegos y pelear por la financiación que hace falta para tener suficiencia financiera y autonomía fiscal. El nuevo Estatuto o es de todos o no será, es la tercera experiencia que vamos a tener. La de 1936 fue producto de un acuerdo entre la izquierda y el galleguismo y quedó la derecha al margen. El segundo, el que ahora tenemos, fue fruto del acuerdo entre la derecha y la izquierda, y el nacionalismo quedó al margen. Mi propuesta es que sea sin exclusiones. Sólo establezco una condición, que lo hagamos teniendo en cuenta los intereses de los gallegos, no lo que nos dicten desde Madrid.
P. Hablemos de Fraga. ¿Qué ha hecho bien en estas cuatro legislaturas?
R. Fundamentalmente una cosa, volverse a presentar para darnos la posibilidad de derrotarlo democráticamente. Es evidente que en 16 años de Gobierno es lógico que haya hecho cosas, si no no estaríamos hablando de elecciones si no de cuestiones punitivas. Pero Fraga llegó siendo Galiza región objetivo 1 en la UE, con renta per cápita y nivel de bienestar por debajo de la media estatal y de la UE, y tras 16 años y miles de millones de fondos europeos se marcha dejando a Galiza igualmente como región objetivo número 1.
P. ¿Podría ocurrir lo mismo que en las municipales de 2002, cuando el PP logró un resultado airoso a pesar del Prestige?
R. El PP perdió esas elecciones municipales, aunque su aparato de propaganda fue capaz de extender por todo el mundo que las había ganado por el simple hecho de haber ganado en Muxía. Las perdió, y puede ser que aun así obtuviese un resultado airoso. Me conformo con que en estas elecciones lo tenga en el mismo sentido.
P. ¿Cómo explica fuera el tirón del PP en Galicia?
R. En Galiza, después del 19, vamos a recorrer la primera transición. Cuando en otras partes del Estado hablan de realizar la segunda transición, aquí falta por hacer de verdad la primera. El PP, en sus distintas variantes, recogió todo el aparato administrativo del franquismo y la actividad político-institucional que permitió crear un aparato partidario muy fuerte. Tengo un profundo respeto por la gente que vota al PP, pero el partido y sus dirigentes son responsables del atraso que Galiza padece.
P. ¿Teme el voto de los emigrantes?
R. Soy partidario de que las elecciones allí se celebren con la transparencia y las garantías democráticas del interior, por eso propusimos una reforma electoral a la que PP y PSOE se opusieron manteniendo un sistema electoral que permite votar a los muertos. Espero que no sea una decisión que tengamos que lamentar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.