El combate al plagio copa los fondos del plan del metal y la iluminación

La protección de diseños y marcas propias frente a la competencia fraudulenta consume más del 26% de la inversión prevista en el plan trianual de competitividad diseñado por las patronales del metal e iluminación y la Consejería de Empresa. Las 27 medidas específicas previstas en el plan de impulso del sector exigen una inversión estimada en 34,8 millones de euros hasta finales de 2007. La protección de diseños y marcas registradas consume 9,2 millones de euros y su desarrollo implica la cooperación del Ministerio de Industria o la Agencia Tributaria.

El plan apuesta por 'multilocalizar' la producción y conservar el diseño

El heterogéneo sector metal mecánico genera en torno al 18% del PIB regional en una amplia consideración que incluye las vertientes de servicios y comercial más allá de la estrictamente industrial, desde la siderometalurgia hasta la maquinaria, el material electrónico, los equipos de precisión o la industria auxiliar del automóvil.

Los productos metálicos abarcan una extensa gama que incluye herrajes, joyería o lámparas, entre otros. Y el calibre de la competencia desleal que sufren los fabricantes valencianos es patente a tenor de la dotación presupuestaria de las medidas previstas para la defensa de marcas y diseños registrados.

El impulso del sector previsto en el plan de competitividad para el trieno comprendido entre 2005 y 2007 dedica la mayor dotación económica a una medida defensiva. La acción está encaminada a "reforzar la protección de los diseños y las marcas registradas para evitar el uso fraudulento y la competencia desleal", según el documento que recoge el plan. Su aplicación "requiere una coordinación con otras administraciones públicas como el Ministerio de Industria o la Agencia Tributaria, que intensifique la vigilancia a todos los actores que intervienen en la cadena: fabricantes, importadores, comerciantes, vendedores, etcétera".

Como aportación propia, la Consejería de Empresa asume la necesidad de "ampliar la dotación de inspectores de consumo" y "poner en marcha de forma inmediata la cooperación en materia de inspección con los ayuntamientos en municipios de más de 20.000 habitantes previa formación de los agentes".

La línea específica para el sector de la iluminación incluye, además, "establecer sanciones ejemplares para los productos que no cumplen las normas" o "realizar inspecciones en comercios significativos" para generar un "efecto multiplicador" que restrinja la venta de material plagiado.

El conjunto del plan de competitividad para el sector del metal e iluminación constata el escaso tamaño de la inmensa mayoría de las empresas como una de las debilidades primordiales de un sector que da empleo a 80.000 personas en la Comunidad Valenciana.

El tamaño repercute tanto en la escasa capacidad de maniobra para negociar con los proveedores de materia primas como en la incapacidad para abordar en solitario estrategias comerciales en el extranjero o destinar fondos para analizar posibles innovaciones tecnológicas en los procesos de producción.

Las principales líneas de acción previstas en el plan pretenden paliar esas debilidades a través del impulso de la cooperación entre empresas para compartir necesidades tecnológicas, para contratar gestores de innovación o para disponer de plataformas logísticas en el exterior.

El documento evita aspectos laborales, que sí recogen otros planes sectoriales, pero asume que muchos procesos productivos están condenados a trasladarse a otros países donde la mano de obra es más barata.

El plan de competitividad opta por la multilocalización para subrayar la importancia de mantener en territorio valenciano las actividades relacionadas con el diseño, la innovación del producto o su posterior distribución y comercialización.

El documento también aboga por ampliar las posibilidades de acceso al crédito de las empresas más pequeñas y por facilitar la desgravación fiscal de inversiones en innovación.