La romana Tarraco será cartografiada gracias a un convenio
¿Cómo eran las calles de Tarraco? ¿Dónde estaban los campos de cultivo? ¿Qué se cultivaba? ¿Hubo inundaciones o periodos de sequía? Estas preguntas y docenas más es lo que tratará de responder el estudio más ambicioso hasta la fecha sobre la realidad de Tarraco, capital de la provincia romana Tarraconensis y residencia oficial del emperador de Roma durante unos pocos años a principios de nuestra era. El estudio, financiado por la concesionaria de autopistas Acesa, recorrerá la realidad de Tarraco desde la época anterior a la romanización en el año 500 a. C. hasta la llegada de los musulmanes a la zona en el 712 d. C.
El Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) y el Institut d'Estudis Catalans (IEC) serán los encargados de realizar este trabajo, que estudiará desde múltiples puntos de vista la zona conocida como Ager Tarraconensis. El director del ICAC, Josep Guitart, señaló que el estudio analizará la realidad no sólo de la capital sino también de 16 municipios cercanos, que representan el área directa de influencia de Tarraco. Acesa aportará 150.000 euros para un amplio trabajo de campo que precisa de catas geológicas, cartografía detallada del entorno o análisis de los sedimentos o del polen de la zona, lo que debe ofrecer datos sobre la evolución de la flora y la fauna del lugar, así como de la implantación de los cultivos dominantes en la actualidad -olivos y vid- o de la red viaria principal romana, entre otros.
En cuatro años, los autores de esta exhaustiva investigación publicarán los resultados. Así lo explicaron ayer los firmantes del convenio que permitirá el inicio de los trabajos, suscrito por el ICAC, el IEC, la Universidad Rovira i Virgili, la Diputación de Tarragona, Acesa y 16 municipios.
Esta radiografía de Tarraco se enmarca dentro del proyecto internacional Forma Orbis Romanis auspiciado por la Unión Académica Internacional y que trata de cartografiar con el máximo detalle todo el imperio romano. La primera fase del análisis de Tarraco y de su entorno se centrará en el estudio de la documentación existente sobre el legado romano, de la cartografía y los catastros de la zona y de la multitud de objetos de la época romana que se encuentran diseminados por numerosos pequeños museos de varios municipios del área. En una segunda fase, tras señalar los lugares idóneos para llevar a cabo trabajos de campo, será el turno de las catas geológicas, el estudio de los yacimientos arqueológicos o de la sedimentación acumulada.
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