Espera y decepción

El 4 de noviembre de 2003 mataron a mi padre. Tenía una minusvalía provocada por un accidente de tráfico, pero era un hombre incapaz de perder el sentido de humor. Era una persona confiada y eso fue lo que le llevó a la muerte.

El maldito 4 de noviembre mi padre tropezó con dos bestias disfrazadas de personas que no se sabe cómo ni por qué lo convencieron para entrar en su casa. Dos días después mi padre salía de esa casa repartido en bolsas y era echado en contenedores de basura.

Después de un año y cinco meses se celebró el tan esperado juicio para las bestias que hicieron esto. Mi familia y yo nos presentamos allí con toda la tranquilidad y confianza en que se iba a hacer justicia y que, al menos, los condenarían a 30 años a cada uno. No quisimos salir en la prensa y cuál es nuestra sorpresa que gracias a ésta, un mes después, nos enteramos de que la individua de esta pareja está en libertad desde el mismo día del juicio y que al individuo tan sólo lo han condenado a 17 años de prisión, y todo esto sin ni siquiera notificárnoslo.

¿Volveré a confiar en la justicia algún día?

¿Por qué el juicio por la muerte de mi padre fue tan "descafeinado", tan rápido y tan poco importante para los jueces? ¿Es que acaso no lo valemos.