Línea directa con la calle
Sin pretensiones de erigirse en la voz de nadie, ni de nada, el carabanchelero Rosendo volvió a demostrar en la presentación en Madrid de su último disco Lo malo es... ni darse cuenta que tiene línea directa con el corazón de los anónimos, de la gente de la calle, de esos chavales a los que no les alcanza el bolsillo para renovar ilusiones, ni mucho menos para orgías de consumo.
Seguramente compuesto en pleno lamento por la atmósfera autoritaria que destilaba el anterior Gobierno, los temas del álbum sonaron rabiosamente a reivindicación social en clave de individuos absurdamente sometidos, que es como se sienten muchos de los que no entienden para qué votan si cada vez les va peor. El maestro Rosendo lo cantaba en Duele pensar: "Hágase en nosotros vuestra santa voluntad. Lo hemos decidido por unanimidad. Válgame santa democracia".
Rosendo
Rosendo Mercado (voz y guitarra) Mariano Montero (batería) y Rafa J. Vegas (bajo). Sala Aqualung. Madrid, sábado 11 de junio.
Calaba el discurso de Rosendo a base de guitarra gruesa, voz nada bustamántica y esquematismo instrumental de rudeza comprobada. El público, claro, estaba a todas. A las nuevas, como esa reivindicación del hedonismo que es El acogote, y a las viejas, como esos truenos añejos que se llaman Agradecido, Flojos de pantalón, ¡Y dale! o el clásico Maneras de vivir. Incluso de las insólitas revisiones de otros, como la que Rosendo hace del Vagabundear de Serrat, que le viene al pelo. Mucho Rosendo, como siempre. Un rockero clásico que sólo necesita comportarse de modo natural para convencer.
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