China limitará entre el 8% y el 12,5% las ventas de textil a la UE

La Comisión Europea puso ayer números al acuerdo alcanzado el viernes en Pekín para desactivar la amenaza de guerra comercial con China por la avalancha de productos textiles sobre la Unión Europea. Ambas partes han pactado limitar la entrada de diez categorías de productos a una horquilla de entre el 8% y el 12,5% superior a la registrada en el pasado ejercicio de aquí a finales de 2007.

El acuerdo supone que la industria europea tendrá tres años más para adaptarse al inevitable libre comercio que regirá a partir de 2009. Según la Comisión, se concede a China la oportunidad de crecer de un modo razonable y se sientan las bases para una apertura comercial del gigante asiático de la que podrá beneficiarse la Unión Europea.

Con fecha del pasado día 11, China se compromete a limitar el aumento de sus exportaciones en diez de las 35 categorías de productos que quedaron libres de cuotas el pasado 1 de enero.

La decena en cuestión es la que más preocupación había causado en la industria europea, que había visto las importaciones subir en flecha en el primer trimestre del año, con extraordinarios picos como los jerséis (un 534% más) o los pantalones de caballero (413%).

Cláusulas de salvaguardia

Esos dos sectores, junto a tejidos de algodón, camisetas, blusas, ropa de cama, vestidos, sujetadores, mantelería e hilo de lino, quedan sometidos a pautas de control que varían entre el 8% y el 12,5%, según los productos y un calendario que cubre hasta finales de 2007.

Para 2008, último año en que conforme a lo acordado para el ingreso de China en al Organización Mundial de Comercio pueden aún invocarse cláusulas de salvaguardia, Pekín y Bruselas se comprometen a trabajar juntos con la esperanza de que no haya que intervenir más en el comercio del textil. A partir del 1 de enero de 2009, China no tendrá que someterse a limitación de ningún tipo.

Con este acuerdo, alcanzado el viernes en Pekín por Peter Mandelson, comisario de Comercio de la UE, y el ministro chino de Comercio, Bo Xilai, ambas partes evitan una guerra comercial que hubiese tenido graves efectos sobre una relación bilateral que en 2004 movió 174.000 millones de euros y está abocada a crecer como la espuma. A la industria europea se le dan así tres años más (2005, 2006 y 2007), con opción a otro, para adaptarse a una competencia que a partir de 1 de enero de 2009 estará libre de cualquier tipo de limitación. El acuerdo debe ser ratificado por los Veinticinco, pero Mandelson dice confiar en que serán capaces de mostrar solidaridad y unidad para resolver esta crisis de una vez para siempre.