La pugna por el protagonismo tras el caso de las facturas falsas parte en dos al PA de Sevilla
Las conclusiones de la comisión de investigación pedirán hoy reprobar a ediles andalucistas
La crisis de las facturas falsas de Sevilla ha tenido un efecto rebote inesperado. El PA - partido que sacó a la luz el caso y puso en un apuros al alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín- se encuentra en estos momentos sumido en una grave crisis que tiene parte de su origen precisamente en el protagonismo alcanzado. Tras dos años de pesimismo, los andalucistas ven posibilidades de remontar en Sevilla, y la carrera por el control de la candidatura de 2007 ha provocado el enfrentamiento del grupo municipal, que lidera Paola Vivancos, y la dirección local, en la que acaba de aterrizar José Luis Villar.
Desde antes de las Navidades, el grupo municipal del PA de Sevilla especulaba con la posibilidad de hacer saltar por los aires la imagen del gobierno de coalición de PSOE y IU. Fue en marzo cuando la portavoz andalucista, Paola Vivancos, y su adjunto, Rafael Carmona, sacaron a la luz la existencia de dos facturas falsas por obras no realizadas en el distrito Macarena, bajo el control del PSOE desde 1999. La cantidad no era gran cosa (4.800 euros), pero hasta el momento era la primera irregularidad que la oposición había logrado probar. Dimitió un concejal y un director de área.
En el PA de Sevilla las cosas empezaron a verse de otra manera. Las elecciones de 2003 habían dejado a este partido bajo mínimos en la capital. José Núñez, el ex consejero de Turismo y gran esperanza del andalucismo sevillano, fracasó estrepitosamente en su aventura por la alcaldía y, de seis concejales los andalucistas se quedaron con cuatro, y sin ser ya socios de gobierno, posición en la que estaban desde hacía 12 años. Núñez no quiso esperar a la próxima, se fue de un día para otro y dejó al grupo andalucista, diseñado a su imagen y semejanza, sin liderazgo orgánico ni político.
Paola Vivancos, la segunda de la lista, asumió la portavocía, y al elegir portavoz adjunto se saltó al tercero (Agustín Villar, entonces primer secretario local del partido) y puso a Rafael Carmona, el número cuatro. Ni Vivancos ni Carmona han tenido nunca participación activa en la vida orgánica del partido en Sevilla.
El congreso nacional de diciembre da un vuelco al PA: el equipo de Antonio Ortega, al que la familia sevillana estaba enfrentada frontalmente, se derrumba. Aunque Julián Álvarez, el nuevo secretario general, no ha sido nunca afín a Alejandro Rojas-Marcos (quien sigue ejerciendo la hegemonía en Sevilla), no hay duda de que su victoria se debe en buena parte al apoyo de sus partidarios. Sin embargo, en el propio congreso nacional, que se celebró en Torremolinos, ya se advierte cierta fricción en el PA de la capital andaluza. Como muestra, una anécdota que presenciaron los periodistas. Nada más conocerse la victoria de Álvarez y en pleno frenesí de la celebración, Vivancos se cruzó con una dirigente nacional y, tras estamparle dos besos protocolarios, le espetó: "Espero que sea para bien".
Luego vino el revuelo de las facturas. Vivancos y Carmona, que contaban con el visto bueno del secretario general, comienzan su rosario de conferencias de prensa y un día sí y otro también acaparan los focos de los medios. Para cuando llega el congreso local de Sevilla, los andalucistas sevillanos tienen después de dos años de pesimismo algo que administrar: el desgaste de Sánchez Monteseirín.
Vivancos y Carmona no se conforman con que la secretaría de Sevilla pase de Agustín Villar a su hermano José Luis, con una abultada experiencia en la gestión municipal y también en la organización interna, que había presentado su candidatura. La portavoz presenta una lista que obtiene sólo un 38% de apoyos. A partir de ahí empiezan los enfrentamientos diarios. Desde la dirección local se mantiene un total hermetismo, mientras que en el entorno municipal se dice que Villar quiere provocar la dimisión de Vivancos y Carmona para hacerse con la candidatura en 2007. Otros sectores afirman que lo que está en juego es precisamente quién coloca al futuro candidato, aunque ninguno de los bandos aspire a ocupar la candidatura personalmente.
Desde el gobierno municipal,parecen inclinarse las cosas a favor de Villar: la comisión de investigación de las facturas se cerrará paradójicamente pidiendo la cabeza de los ediles andalucistas que destaparon las irregularidades. Las conclusiones que presentarán hoy PSOE e IU propondrán reprobar políticamente a Vivancos y Carmona y, probablemente, pidan su dimisión.
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