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Reportaje:

Toda la vida en una caja

Un proyecto social permite estimular la memoria de los mayores a través de sus objetos personales

La Fundación Pere Tarrés ha impulsado una iniciativa que permite a un grupo de 18 personas mayores dar forma a su pasado a través de sus recuerdos personales. Los participantes en este proyecto han escogido algunos de los objetos y las fotografías que han marcado su vida para resumir su trayectoria vital, y los han incluido en una caja de madera junto con un breve texto con datos biográficos. Este proyecto se basa en las llamadas técnicas de la reminiscencia, con las que se pretende estimular la memoria de enfermos de Alzheimer, consolidar la identidad de personas que han vivido experiencias traumáticas y reforzar los lazos intergeneracionales entre familiares con el fin de integrar a los participantes en su entorno comunitario. La idea original surgió de la Red Europea de Reminiscencia y se ha puesto en práctica en otros países.

Los participantes reúnen fotografías y recuerdos en una caja de madera

Las cajas de vida que resultaron de esta terapia se han expuesto en siete ciudades europeas y esta semana se han podido contemplar en Caixafòrum de Barcelona, en la exhibición Recordem el passat, construïm el futur: temps per recordar.

El proyecto se ha desarrollado en cada país con algunas peculiaridades. En Cataluña, han participado personas mayores que padecen demencia, que están a punto de jubilarse o que han compartido con sus nietos la reconstrucción de su pasado. En la confección de estas cajas han contado con la colaboración de un mediador y de un artista que, a partir de las propuestas de los participantes, sugería la plasmación plástica con la que dar forma a la memoria.

A la iniciativa se han sumado ciudadanos de toda Europa y como afirma Quico Mañós, de la Fundación Pere Tarrés, "las cajas constituyen la historia no oficial" del continente. En Inglaterra se tuvo gran interés en que colaborasen los inmigrantes, que eran conscientes de la importancia de dar a conocer la historia de sus lugares de origen. En la República Checa, en cambio, muchas de las cajas reflejan los recuerdos de la II Guerra Mundial. En este sentido, Mañós señala que esta iniciativa también es un modo de conmemorar el fin del conflicto, hace 60 años. De hecho, las cajas de algunos países centroeuropeos habían contenido munición durante la guerra y ahora "se han convertido en cajas de paz", dice Mañós.

En Barcelona, más de 800 personas han visitado la exposición, en la que durante esta semana se han mostrado 55 cajas de diferentes procedencias. Los organizadores han destacado la respuesta del público, que en muchos casos ha encontrado la inspiración para llevar a cabo su propia caja. La coordinadora de la Red Europea de la Reminiscencia, Pam Schweitzer, subraya que, sin este proyecto, muchas historias no hubieran visto la luz. Schweitzer explica que "muchos niños han sido capaces de interpretar las historias que contienen las cajas y eso les ha permitido comprender la riqueza de las vidas de sus antepasados".

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