"Las reacciones de un perro son imprevisibles"
Joaquín Pérez Guisado (Córdoba, 1976), médico y veterinario, acaba de concluir un trabajo sobre los perros peligrosos. Este investigador de la Universidad de Córdoba asegura que "un niño jamás debe quedarse solo con un perro, porque a veces no interpretan bien sus gestos y pueden atacar, sobre todo si el dueño no está delante" y que los rottweilers y otras razas consideradas peligrosas lo son por su fuerza más que por su agresividad: "No es que ataquen mucho, pero cuando lo hacen pueden ser letales". El consejo que da para paliar la agresividad es "no mimar al perro, dejarle claro cuál es su papel y que sepa que es el último de la familia".
Pregunta. El fin de semana un akita inu, una raza considerada peligrosa, atacó y mató a la niña de la casa, que tenía dos años. ¿Cómo es posible?
Respuesta. El akita inu, el rottweiler y otros perros similares son peligrosos porque son muy fuertes, no porque sean especialmente agresivos hacia los hombres. Son muy peleones entre ellos, pero son tan fuertes que hay que controlarlos mucho y se pueden dar casos tan terribles. No son peligrosos por la frecuencia de los ataques, sino por su capacidad para hacer daño.
P. ¿Atacan más a los niños que a los adultos?
R. Sí. Y hay varias causas que pueden explicarlo. A veces, el niño llega a la familia y de alguna manera ocupa el lugar del perro. Éste se siente desplazado y desarrolla agresividad hacia él. Otras veces el perro no ha tratado con niños antes y no interpreta sus gestos. Es importante que cuando los perros son pequeños traten con niños, aunque sea en el parque, porque así ya saben que son personas. La tercera explicación es que los niños y los perros a veces no saben interpretar los gestos del otro. Si un perro saca los colmillos, gruñe y se pone en posición de ataque, un adulto lo sabe interpretar y se aleja o no le molesta. Un niño pequeño no interpreta ese gesto y puede incluso desafiarle con la mirada o acercarse. Eso a veces desencadena el ataque.
P. Entonces, si alguien tiene un niño y un perro, ¿qué puede hacer?
R. El perro y el niño nunca deben estar solos. Porque es más fácil que un perro ataque si no está el dueño. El perro considera al padre como el macho dominante y lo respeta. Ellos establecen su propia jerarquía.
P. Incluso en aquellos casos en los que el dueño está convencido de que su perro nunca haría daño a nadie.
R. Un perro es un animal, nunca se puede estar seguro al 100% de lo que va a hacer, porque sus reacciones. son imprevisibles. Yo he tenido perros potencialmente peligrosos y eran muy fieles y tranquilos, pero aun así no siempre sabes cómo pueden reaccionar.
P. Hay un decreto que regula la tenencia de estos animales y obliga a tener un seguro y llevarlos con bozal, ¿qué le parece?
R. El decreto se limita a una serie de razas y creo que se debería aplicar a cualquier perro grande y fuerte. Que un caniche sea agresivo o intente morder a los invitados no es preocupante, pero en perros fuertes sí puede serlo. En EE UU hay muchos casos documentados de pastores alemanes que han agredido a niños. Además habría que controlar y educar más a los dueños, que la mayoría de los casos son responsables del comportamiento del animal.
P. ¿Por ejemplo?
R. Un dueño que tenga un rottweiler lo puede convertir en muy agresivo si quiere, y eso es muy peligroso. Pero hay otras actitudes que fomentan la agresividad. Mimar a un perro lo hace más peligroso, porque pierde el respeto al hombre. Hay que tratarlo como a un animal, no dejar que duerma con nosotros y reñirle sólo de palabra si hace algo mal. No digo que el dueño tenga que apalearlo, pero sí demostrarle con un castigo físico que lo que ha hecho está mal. Es fundamental que el perro acepte las tres órdenes básicas: que se siente, que se tumbe o que suelte una cosa cuando se le manda. El perro tiene que aceptar su papel en la familia. Por eso no es bueno que el primer perro que tiene una persona sea un rottweiler o similar, porque puede malcriarlo si no ha tenido perros antes. Si un perro está excesivamente antropomorfizado se puede volver agresivo.
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