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La OTAN admite su responsabilidad por no controlar las subcontrataciones del Yak-42

La agencia NAMSA recuerda que Defensa no ejerció en 2003 su derecho de inspección

Miguel González

La agencia NAMSA de la OTAN, a través de la cual se alquiló el Yak-42 en el que perdieron la vida 62 militares españoles en mayo de 2003 en Trabzon (Turquía), ha aceptado por vez primera su responsabilidad en el caso por no controlar el seguro de 75.000 dólares que debía tener cada pasajero y nunca se suscribió ni la cadena de subcontrataciones en la que intervinieron hasta seis intermediarios. Esta admisión de responsabilidad figura en la carta que el director de la NAMSA, Karl-Heinz Münzner, remitió ayer al jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz.

En la misiva, fruto de la reunión que el director de la agencia y el jefe de la cúpula militar mantuvieron hace una semana en Madrid, NAMSA afirma que aplicó sus procedimientos habituales en el flete de vuelos para las tropas españolas, pero admite que éstos "no facilitaron que se descubriera que Chapman Freeborn [broker adjudicatario del contrato] no había trasladado a sus subcontratistas la obligación relativa a la cobertura del seguro, ni había notificado la cadena completa de subcontrataciones".

"NAMSA", agrega el párrafo más importante de la carta, "acepta su responsabilidad, dentro de los límites de la carta de NAMSA y de sus reglamentos, por su desconocimiento de los citados incumplimientos contractuales de Chapman".

A continuación, la agencia de la OTAN subraya que, en todo caso, la responsabilidad en la falta de control no fue sólo suya, sino compartida con el Ministerio de Defensa, que dirigía en la época Federico Trillo-Figueroa. "España, por razones que NAMSA desconoce, no ejercitó su derecho a inspeccionar los aviones [ex soviéticos utilizados para el transporte de las tropas españolas] o documentos relativos a estos como le permitía el contrato", dice la carta.

La agencia de la OTAN asegura que, a raíz del caso Yak-42, ha revisado y perfeccionado sus sistemas de control, especialmente en materia de "transferencia de cobertura de pólizas de seguros" y de "transparencia en la subcontratación". Al mismo tiempo, tal como adelantó su director general en Madrid, se compromete a "perseguir" a Chapman para que compense a España. Fuentes de Defensa indicaron ayer que el ministro José Bono se da por satisfecho "de momento" con esta carta y no planteará el asunto en la reunión que los ministros de Defensa de la OTAN celebrarán mañana en Bruselas, como había anunciado. El reconocimiento expreso y por escrito de las responsabilidades de NAMSA era una de las exigencias de Bono.

La otra exigencia es que NAMSA tramite la recuperación de los 4,65 millones de dólares (3,7 millones de euros) que el Consejo de Ministros tuvo que adelantar a las familias de las víctimas debido a la evaporación del seguro de vida. Hasta ahora, NAMSA se había inhibido alegando que era un pleito entre España y Chapman.

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Pleito contra Chapman

El Gobierno español se encontraba con el problema de que, según sus estatutos, NAMSA no es denunciable ante los tribunales, pero sí puede pleitear contra Chapman. Y además, indicaron las fuentes consultadas, dispone de un arma muy poderosa: excluir al broker de los contratos de la OTAN.

El cambio de actitud de la agencia de la OTAN ha venido precedido del descubrimiento de que la compañía aérea operadora del Yakovlev, la ucrania UM Air, sólo recibía 38.500 euros de los 149.000 que pagaba Defensa por el flete del avión.

Por otra parte, la juez Teresa Palacios, que instruye el caso Yak-42 en la Audiencia Nacional, pedirá los registros de los cementerios donde fueron enterrados con identidades erróneas 21 de los fallecidos, como pidió el fiscal para probar el delito de falsedad de documento oficial. La juez también ha decidido, con el acuerdo de la Fiscalía, citar al ex jefe del destacamento español de Manás (Kirguizistán), donde el Yak-42 hizo su última escala.

El entonces ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, en el lugar del 

accidente el 27 de mayo de 2003.
El entonces ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, en el lugar del accidente el 27 de mayo de 2003.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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