"En Barcelona no te encasillan ideológicamente tanto como en Madrid"

En 1997, Àngels Barceló (Barcelona, 1963) rompía el cordón umbilical que la ataba a TV-3 desde hacía 13 años, y donde presentó Telenoticias y diversos espacios (No sé que em passa o Àngels de nit) para aterrizar en Tele 5. Tras ocho años como claro referente de los informativos de la cadena privada, actualmente conduce y presenta la edición de las 20.30, en septiembre regresará a la casa madre para poner en marcha un programa semanal de actualidad. En este tiempo, la periodista catalana ha tenido "el privilegio", como ella misma reconoce, de vivir acontecimientos de gran relevancia, como el aniversario de las Torres Gemelas, dos elecciones generales, el naufragio del Prestige, la muerte de Juan Pablo II... También dice que la audiencia -una media en mayo de 1.831.000 espectadores (18,7% de cuota) frente a los casi tres millones (25%) de Antena 3, o los más de dos millones y medio (21,9%) del telediario de La Primera- no ha pesado en su marcha.

Pregunta. Estos ocho años en Madrid los ha vivido como un exilio, como una aventura, como un periodo de transición.

R. Ja, ja. No, no, como un exilio jamás, sólo como una etapa diferente. Siempre digo que ha sido como un máster donde he tenido la oportunidad de aprender mucho.

P. En 1997, cuando firmó por Tele 5, ya dijo que tenía claro que volvería. ¿Por qué precisamente en este momento?

R. Mi familia está en Barcelona, y mi vida personal era complicada. También me apetecía hacer otra cosa porque ya llevaba mucho tiempo al frente de un informativo diario y es muy agotador.

P. ¿Los índices de audiencia a la baja del informativo tienen la culpa del regreso a TV-3?

R. No, de verdad. Pero es cierto que es una franja muy complicada. Además, el trabajo diario desgasta y a ese desgaste se suma un gran esfuerzo diario.

P. ¿Su marcha ha provocado algún terremoto en la cadena?

R. No, quizá sorpresa porque he llevado todo con mucha dis- creción. En todo caso, el terremoto ha sido más personal y emocional que laboral.

P. ¿Cómo será el programa semanal que tiene en mente?

R. Ágil y vivo. Quiero romper con la idea del presentador de informativos serio detrás de la silla, y eso que yo represento muy bien ese prototipo. Quiero demostrar que se puede hacer espectáculo de la información con un cara a cara, debates, conexiones en directo, participación del público...

P. ¿Algún consejo, sugerencia, o recomendación para su sustituto, Juan Pedro Valentín?

R. No soy quién para aconsejar nada a Juan Pedro Valentín porque trabaja muchísimo y además seguirá como director de los servicios informativos. Pero sí le recuerdo que el día a día es muy duro y le recomiendo un reconstituyente.

P. ¿Cuál es su balance en una cadena de cobertura nacional?

R. Muy bueno, porque no sabía lo que había fuera de TV-3, y especialmente he aprendido otro periodismo en Madrid, que es distinto al de Barcelona.

P. ¿Y cuál es la diferencia?

R. En Barcelona, el periodismo es menos agresivo, las tertulias no son tan calientes y no te encasillan tanto ideológicamente. Es otra forma de ver las cosas, para bien o para mal. Allí parece que viven en el País de Nunca Jamás.

P. En sus negociaciones, ¿ha habido muchos tira y afloja o enseguida han llegado a un acuerdo?

R. Nos pusimos de acuerdo con relativa facilidad. Los que ahora están en la cúpula eran mis compañeros entonces, y tanto yo como la gente con la que he negociado hablamos el mismo idioma.

P. ¿Y compaginará su trabajo en TV-3 con algún otro proyecto?

R. No, de momento. Ahora mi compromiso es con TV-3, pero ya veremos.