Chaves, la obsesión de Arenas

Cuando se produce el doble fracaso electoral del PP, a nivel nacional y andaluz, en marzo de 2004, y alguien decide que Javier Arenas vuelva a liderar el PP andaluz, ya nos temimos muchos que pasarían cosas poco deseables para todos en la política andaluza. El actual líder del PP andaluz, Javier Arenas, tiene desde hace mucho tiempo una obsesión política y personal: el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. Este desencuentro personal hace imposible lo que debería ser normal y deseable, unas relaciones normales y siempre necesarias entre el Gobierno y la oposición.

En el PSOE-A se conoce muy bien a Javier Arenas, vamos, como se diría en el lenguaje castizo, lo tienen "calado". Distintos consejeros del Gobierno andaluz son expertos en irritarlo y hacerle perder los nervios y los papeles, sobre todo el consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías. Todavía no se ha olvidado el tiempo de la famosa "pinza" y algunos aún pagan las consecuencias. El eurodiputado del PP, Juan Ojeda, decía recientemente que el PP andaluz se encuentra en "un cruce de caminos", pero si nos remitimos a los hechos (desobediencia institucional en el Parlamento de Andalucía) más bien parece que están al borde del precipicio político, de un callejón sin salida.

La radicalidad a la que Arenas está llevando al PP andaluz es impropia de un partido que pretende algún día, aunque sea lejano, gobernar Andalucía. Los "cartelitos" reivindicativos contra el presidente del Gobierno de Andalucía y la desobediencia a la presidenta del Parlamento de Andalucía, que motivó la suspensión del pleno, ha sido "muy fuerte". El desprecio a las instituciones y el renunciar a la voz parlamentaria es impropio de un partido que quiere ser alternativa de gobierno. Le faltaron al respeto a sus votantes, a la presidenta de la máxima institución andaluza y nos faltaron al respeto a todos los andaluces.

Javier Arenas está llevando al PP andaluz a un callejón sin salida al defender posiciones y formas radicales como consecuencia de su situación de mala relación personal y obsesión con Chaves, lo cual puede conducirle a "un viaje extraño a ninguna parte".