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La policía francesa halla un taller de bombas de ETA junto a los Pirineos

El piso, donde hay agendas telefónicas, era del 'número dos' de Txeroki

Jorge A. Rodríguez

La policía francesa ha hallado en un piso de Saint-Gaudens, muy cerca del paso fronterizo de Vielha (Lleida), un apartamento que había sido usado por ETA para fabricar bombas. El piso fue ocupado por Joseba Segurola, quien hasta su detención en marzo pasado, muy cerca de Saint-Gaudens, era el número dos de Garikoitz Azpiazu, Txeroki, jefe de los comandos etarras. La policía ha localizado agendas, detonadores y precursores de explosivos.

El hallazgo del piso se produjo tras una llamada de su dueño a la Policía Judicial francesa, extrañado porque hacía dos meses que no veía al inquilino y no le había pagado las mensualidades de abril y mayo. Los agentes fueron a ver anteayer al propietario del apartamento, de dos dormitorios, pero dejaron el registro para ayer.

Un grupo de agentes de la División Nacional Antiterrorista entró en la mañana de ayer en el piso, que tenía adscrito un trastero. Los agentes encontraron abundante material en la casa, que estaba muy desordenada, según fuentes de las pesquisas. La gran cantidad de cajas y la meticulosidad con que la policía francesa quiere hacer el inventario llevó a suspender la elaboración del albarán por la tarde para continuarlo hoy.

Hasta ahora, los agentes antiterroristas franceses han encontrado una considerable cantidad de sustancias para la fabricación de explosivos, entre ellas polvo de aluminio, sustancia que también fue localizada en grandes cantidades en un piso de ETA localizado el pasado 23 de mayo en Romans-sur-Isère. No es una coincidencia.

Los investigadores creen que tras la detención de Segurola, que supuso que su taller de Saint-Gaudens quedara quemado, los tres terroristas detenidos en Romans-sur-Isère (Ramón Sagarzazu, Bernard San Sebastián y Oier Goitia) estaban rehaciendo parcialmente el aparato logístico etarra y montando otra fábrica de explosivos.

La policía también ha localizado, como ocurrió en la operación del 23 de mayo, temporizadores, detonadores, soldadores, cajas metálicas, matrículas en blanco y material para falsificar estas placas, y munición. "Hay muchas cosas dentro y los franceses todavía tienen que verlo todo, hacer inventario y evaluar su importancia", según fuentes de la lucha antiterrorista. Las fuentes consultadas aseguran que, además de estos útiles, en la vivienda han sido localizadas varias agendas telefónicas, a las que los investigadores dan inicialmente gran importancia, y documentación interna de ETA en euskera.

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El hallazgo de esta vivienda era uno de los objetivos que la Comisaría General de Información le había pedido a sus colegas franceses tras la detención de Joseba Segurola en Lannemezan (cerca de Saint-Gaudens) cuando se disponía a estacionar su vehículo, un Citroën Picasso de color gris. Esta detención, junto a las de Romans-sur-Isère y el hallazgo de ayer confirman que ETA ha vuelto a situar su aparato logístico en la zona sur de Francia más pegada a los Pirineos, y que los terroristas han desplazado sus zonas de paso hacia España a Cataluña y Huesca.

Por otro lado, cinco presuntos etarras y diez supuestos miembros del Ejército Revolucionario Bretón (ARB) son juzgados desde ayer en el Tribunal especial de lo Criminal de París, acusados de ser autores o cómplices del robo en septiembre de 1999 de más de ocho toneladas de dinamita en Plévin (noroeste de Francia). Los presuntos etarras son el que fuera supuesto jefe de logística de la banda Asier Oyarzabal Txapartegi, Baltza; Jon Bienzobas (acusado en españa de ser el autor material de varios asesinatos), Miren Argi, Francisco Segurola y Benito Fermín Martínez.

Los hechos se remontan al 28 de septiembre de 1999, en plena tregua etarra, cuando un comando robó 8.750 toneladas de dinamita industrial, 5.754 detonadores y 10.500 metros de cordón detonante en un depósito de la sociedad Titanite, en Plévin. Aunque más de la mitad de los explosivos fueron recuperados, la dinamita de Plévin, marca Titadyne, fue utilizada en atentados que costaron la vida, entre enero de 2000 y julio de 2001, a 18 personas.

Canadá extradita a dos condenados por 'kale borroka'

Canadá ha concedido a España la extradición de Eduardo Plágaro de Arrilucea, de 33 años, y Gorka Pérez Salazar, de 31, ambos vitorianos. Los dos habían sido condenados en 1997 por la Audiencia Nacional a siete años de cárcel por haber colocado varios artefactos incendiarios entre marzo de 1992 y enero de 1993 durante varias algaradas callejeras de jóvenes de la izquierda radical vasca (kale borroka o terrorismo callejero).

La extradición fue instada en abril de 2001 pero, tras una respuesta positiva del Ministerio de Justicia canadiense, los dos encausados recurrieron y lograron demorar su entrega.Entonces alegaron que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU había denunciado torturas a detenidos en España. Llegaron a pedir asilo político.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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