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La Cámara de Comercio alerta del estancamiento del sector cultural

Miquel Valls reclama a la Generalitat incentivos fiscales para las empresas

La Cámara de Comercio de Barcelona pidió ayer a la Generalitat que dedique mayores incentivos a las industrias culturales catalanas ante el riesgo de estancamiento del sector. El presidente del organismo, Miquel Valls, manifestó que la cultura es un sector "realmente estratégico para Cataluña a pesar de que hasta ahora no ha recibido la atención que se merece" y pidió que la Generalitat "se pronuncie con carácter solidario".

Valls realizó estas declaraciones durante la presentación del estudio El sector cultural en Cataluña, promovido por la propia cámara, que concluye que la cultura genera el 1,2% de la riqueza de Cataluña y que en 2001 dio empleo al 0,9% del total de trabajadores. Cataluña concentra el 18% de la empresas culturales de toda España.

"Las dos comunidades autónomas que concentran más actividad son Cataluña y Madrid, pero mientras que en la comunidad de Madrid se ha registrado un impulso en los últimos años, Cataluña ha sufrido una ligera pérdida de peso económico en el sector cultural de España", puede leerse en el informe.

Por ejemplo, ciñéndonos al campo editorial, si en 1998 la producción de libros en Cataluña representaba el 35,9% del total de títulos publicados en España, en 2003 fue del 30,8%, lo que equivale al descenso de un punto por año. Esta pérdida de peso relativo en España se debe, según el informe, a "un estancamiento de las ventas tanto en el mercado interior como en las exportaciones". El editor Pere Vicens, presidente de la comisión de cultura de la cámara y que ayer asistió a la presentación del trabajo, atribuyó el descenso a la "importante reestructuración" que desde 1996 ha registrado el sector, con la desaparición de las editoriales Bruguera y Salvat, y la absorción de otras -por ejemplo, Espasa Calpe, Ariel y Destino- por parte del Grupo Planeta.

Tres segmentos

Desde el punto de vista de la oferta, el sector cultural catalán está muy concentrado en tres segmentos: el audiovisual, que representa el 34% del total de la producción cultural catalana, la prensa (25%) y los libros (21%). La industria discográfica, las artes escénicas y las plásticas sumadas representan apenas el 7% de la riqueza.

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"El sector audiovisual es clave para el sostenimiento de la industria cultural propia. En Cataluña es el sector que más ha contribuido al crecimiento de las industrias culturales en los últimos años (...), aunque la mayoría de las empresas de televisión, radio, cine y vídeo se concentran en Madrid", puede leerse en el estudio. Pese al crecimiento, si en 1999 el sector audiovisual catalán representaba por volumen de negocio el 20,3% del total de España, en 2003 había bajado al 19%. No obstante, Valls se mostró "esperanzado" por las iniciativas públicas y privadas de este sector "emergente, estratégico y dinámico", concretamente por la concentración de industrias audiovisuales en la zona del 22@. Reclamó además que Barcelona acoja en el futuro la sede del Consejo Superior de Medios Audiovisuales como "motor de arrastre" de las empresas del sector. "La ciudad ha sido pionera en la creación de un consejo del audiovisual autonómico, el CAC, y cuenta con una oferta profesional de reconocido prestigio que haría idónea esa ubicación", remachó el presidente de la Cámara de Comercio.

El estudio ofrece datos curiosos de consumo cultural. Por ejemplo, entre 1999 y 2002 Cataluña encabezó el gasto por habitante y año en cine de todos los países de la Unión Europea, que en aquel periodo eran todavía 15 (antes de la incorporación el 1 de mayo del año pasado, de los 10 restantes). Los catalanes se gastaron 17,3 euros al año yendo al cine en 1999, cifra que subió hasta 22,1 euros en 2002.La cifra contrasta con los 12,6 euros gastados en el resto de España en 1999 y 15,4 en 2002. Los alemanes, por ejemplo, sólo se gastaron 9,8 en 1999 y 11,7 en 2002. Las cifras catalanas de gasto por habitante y año sólo se vieron superadas en 2002 (no así en 1999) por Irlanda, que gastó 24,1 euros.

Un sector de las industrias culturales relativamente poco importante (representa el 3% del total de la producción cultural) pero que ha experimentado un crecimiento muy considerable es el de las artes escénicas. Por citar algunas cifras, en 1997 se contabilizaban 73 salas en Cataluña con equipamiento permanente y que programaran más de cinco espectáculos al año. En 2002 se pasó a 116, lo que supuso un crecimiento del 58,9%. Por ingresos, este aumento comportó que se pasara de 38,1 millones de euros a 115,5 millones (202,8% de crecimiento).

El estudio considera que dentro de las artes escénicas -que incluyen teatro, música y danza- el subsector del teatro es el más dinámico. De cada cinco representaciones que se celebran en España, aproximadamente una se lleva a cabo en Cataluña. El estudio señala que desde 2001 el sector escénico catalán con mayor importancia relativa en España es el género lírico, tanto en número de representaciones como por recaudación, naturalmente por la importancia que tiene el Gran Teatro del Liceo. En 2003 se ofrecieron en Cataluña 434 representaciones de ópera frente a las 1.650 que se celebraron en el resto de España, lo que equivale al 26,3% del total. No menos pujantes son las cifras referidas al consumo de música clásica. La recaudación en 2003 alcanzó en Cataluña 11,1 millones de euros, mientras que en el resto de España se situó en 36,5 millones, lo que supone el 30,5% de la recaudación total.

Pese a estas cifras optimistas, el estudio concluye que el sector es mucho más rentable en Madrid que en Cataluña, pues con un número similar de representaciones, la capital española obtiene el 50% de recaudación.

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