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Reportaje:

Amargo amanecer en la playa

Los dueños de chiringitos de Torremolinos denuncian numerosos destrozos

"Cada hamaca que me destrozan los niñatos me sale por unos 40 euros mal contados. Hay noches que me rompen seis o siete, y eso que el verano aún no ha comenzado". Cansado de tener que cuantificar cada sábado, domingo y lunes por la mañana el reguero de daños que la movida de la noche anterior ha dejado en su negocio, este propietario de uno de los cerca de 50 chiringuitos que se reparten por el paseo marítimo de Los Álamos y el Bajondillo de Torremolinos se unió con otros dueños de negocios playeros para exigir a las autoridades municipales que pongan fin a los asaltos que sufren sus bares, restaurantes y parcelas de hamacas.

Este hastiado propietario prefiere no identificarse porque está a la espera de que se le conceda la licencia necesaria para abrir su negocio como bar de copas hasta bien entrada la madrugada, como ya hacen cerca de una quincena de chiringuitos del lugar con gran éxito de público y, lo más importante por lo efímera de la temporada, de caja. "No es cuestión de que esto se convierta en un estado policial ni de que el Ayuntamiento no te deje explotar tu negocio también por las noches. Lo único que pedimos es algo más de vigilancia el fin de semana", indica este hostelero. El pasado fin de semana, una parcela situada enfrente de la urbanización Costa Lago amaneció en estado catastrófico. Más de 60 hamacas destrozadas y el terreno como si hubiera caído una bomba. La propietaria de la parcela, que también prefiere guardar el anonimato, cuantifica en cerca de 4.000 euros los desperfectos causados. "No creo que esto lo hayan hecho la gente que viene a disfrutar de la noche y a tomarse una copa al lado de la playa", indica la hamaquera, quien centra sus sospechas en las pandillas de adolescentes que, al caer la tarde, toman el paseo marítimo con sus ciclomotores.

"No tienen dinero para pagar las copas y hacen botellón en las hamacas. A mí me da igual que se sienten aquí, pero a lo que no hay derecho es a que te dejen la parcela llena de cristales rotos y de condones usados", asegura esta afectada, quien indica que ninguna compañía aseguradora incluye estos enseres en las pólizas que contratan. Además de las parcelas de hamacas, los actos vandálicos se han cebado también con algunos restaurantes del paseo marítimo. Cristales rotos, pequeños incendios, manchas de orines en puertas y almacenes son algunas de las barbaridades que han de soportar cada fin de semana.

Los propietarios de estos negocios andan preocupados ante la llegada del verano y piden vigilancia especial. "Ahora [la policía] se centra sobre todo en controlar a los conductores borrachos y a motar controles de alcoholemia y estupefacientes en la zona de Los Álamos", comenta uno de los afectados.

El grupo socialista en el Ayuntamiento de Torremolinos se ha hecho eco de las reivindicaciones de los hamaqueros y denuncia que la conversión del paseo marítimo en zona de movida no ha llevado aparejado un aumento de la vigilancia y seguridad. Su secretario general, Juan Ortuño, ha indicado que su grupo estudia una moción para pedir más vigilancia.

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