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Reportaje:REFERÉNDUM EUROPEO | Los vencedores del 'no'

Euforia en la izquierda radical

Los partidarios del 'no' aseguran que la batalla por una Europa antiliberal no ha hecho más que empezar

Francisco Peregil

Nadie, ni siquiera en las filas del no esperaba vencer por goleada. Así que en cuanto, a las 10 de la noche, la televisión anunció que la diferencia era de 10 puntos (55 frente a 45) en Marsella, donde el no arrasó con un 61%, comenzó a bajar gente hacia el puerto para celebrarlo. Frente al diario propiedad del Partido Comunista Francés (PCF) colocaron dos altavoces de más de un metro de alto y empezó la fiesta.

Bailaban los veinteañeros junto a militantes de 50 y 60 años de Attac, alguno con el pelo blanco, recogido en coleta hasta la mitad de la espalda, y camiseta del Che Guevara. Sonaban canciones de Manu Chao y de la resistencia contra los nazis en la II Guerra Mundial. Había camisetas contra la guerra de Irak y a favor de la causa palestina. La fiesta ilustraba lo que la líder del PCF, Marie-Georges Buffet, pretende ahora: estructurar la "izquierda antiliberal", cohesionarla, alrededor de su partido.

Había unas 1.000 personas frente a la sede de La Marseilleise, periódico donde, según sus responsables, trabajan unos 110 periodistas y del que se venden unos 70.000 ejemplares cada día. En el suelo de la plaza alguien colocó una pancarta que decía: "Otra izquierda es posible". Pero, ¿qué tipo de izquierda? ¿La de Attac -principal colectivo antiglobalización de Francia-; la de los socialistas que han votado contra la línea oficial de su partido; la de la Liga Comunista Revolucionaria o la del PCF? "Una izquierda que busque de verdad cambiar el mundo y compartir la riqueza, no una izquierda como la del partido socialista de España", contestaba Catherine Ferré, profesora de lengua, de 49 años. "Éste es el primer paso de una batalla que acaba de empezar", decía Ferré.

Había muchos militantes de Attac, como Marcel Siguret, jubilado de 62 años, antiguo director ejecutivo de la compañía informática Unisys, que parecían revivir su particular mayo del 68 en esta noche de mayo de 2005. "Los principales periódicos y canales de televisión no han podido manipular al pueblo", decía Siguret.

En las encuestas que difundieron ayer medios como Le Monde o el segundo canal público de televisión para analizar las razones del no, el desempleo ocupaba el primer puesto. La tasa de paro en Francia, según la agencia estadística Eurostat, fue del 9,7% el año pasado, cifra ligeramente superior a la media en la Europa de Los 15 (8%) y muy similar a la de España (10%), aunque netamente peor que la del Reino Unido (5,7%) o Suecia (4,7%). La tasa de paro en Francia ahora es casi la misma que en 1992 (10,2%), cuando se aprobó el Tratado de Maastricht.

Tal vez por eso hace 10 meses, el 14 de julio de 2004, día de la fiesta nacional en Francia, cuando el presidente de la nación, Jacques Chirac, convocó el referéndum, la mayoría de los ciudadanos se mostraban partidarios del en todas las encuestas. Y así siguieron durante ocho meses. Hasta que el pasado marzo se invirtieron las tornas. En sólo tres meses se produjo el vuelco. "Es que en marzo", indica Christian Digne, jefe de la sección política de La Marseilleise, "fue cuando en Bruselas se empezó a negociar de nuevo la directiva Bolkestein [la privatización de los servicios públicos]. Y empezaron a darse muchos casos de deslocalizaciones. Y la gente se hartó de este Gobierno de derechas".

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Los nueve países que habían aprobado antes que Francia el tratado europeo en ningún momento han sido una referencia durante la campaña. España tampoco. Miguel Ortiz, miembro del PCF, asegura que en España la gente votó pensando más en Europa que en el contenido de la Constitución. Y aquí se ha votado sobre la Constitución no sobre Europa. El ejemplo de esto es que las constituciones que se repartieron en España eran versiones de unas 40 o 50 páginas. Y aquí, cada ciudadano recibió en su casa una constitución íntegra de 200 páginas.

Jean-Luc Mélenchon, uno de los socialistas defensores del <i>no,</i> durante la celebración del resultado en París.
Jean-Luc Mélenchon, uno de los socialistas defensores del no, durante la celebración del resultado en París.EFE

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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