Angela Merkel supera por primera vez en popularidad a Schröder

Una reunión de las cúpulas de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y su hermano bávaro Unión Social Cristiana (CSU) dará hoy carácter oficial a una decisión que está tomada hace tiempo: la candidata en las posibles elecciones del 18 de septiembre se llama Angela Merkel, quien se prepara para convertirse en la primera mujer canciller de Alemania. Sería, además, la primera gobernante procedente del Este.

Su ascenso parece imparable: por primera vez supera en popularidad a Gerhard Schröder, el actual canciller, según los datos del último barómetro dado a conocer por la televisión pública ZDF. Hace meses que los democristianos van por delante del Partido Socialdemócrata (SPD) en las encuestas, pero aún no habían logrado desbancar a Schröder en ese apartado. El canciller, que trata de mover ficha tras el reciente desastre del SPD en los comicios de Renania del Norte-Westfalia, planteó un adelanto de las elecciones generales.

No es un recurso fácil en Alemania, pues él no puede disolver el Bundestag (Parlamento) sin más. Schröder planteará una moción de confianza el 1 de julio, que espera perder. Esa derrota le daría el argumento de que carece de apoyos para gobernar y podría solicitar al presidente federal la disolución de la cámara y la convocatoria de elecciones. Pero Schröder tendrá que tener una buena excusa para convencer al presidente, Horst Köhler, pues éste no puede arriesgarse a verse deslegitimado después por una decisión del Constitucional.

Todos saben que el canciller busca un cabeza de turco y nadie quiere serlo. El ala izquierda del SPD, cuya rebeldía es conocida, muestra una inusual fidelidad a la línea oficial del partido; apoya a Schröder sin reservas cuando lo que él busca es una traición. Entre tanto, el SPD trata de escenificar un desencuentro con Los Verdes, con los que gobierna en coalición. El presidente del SPD, Franz Müntefering, ha asegurado que ese pacto "nunca fue un matrimonio por amor, sino por conveniencia". El objetivo es provocar a sus compañeros de Gobierno y dejar abierta la puerta a una coalición con CDU/CSU, algo que podría ser útil a Schröder en el debate parlamentario del 1 de julio.

La amenaza a este plan del canciller federal podría llegar de la Alternativa Electoral Justicia Social (WASG), cuyo candidato podría ser el ex presidente del SPD Oskar Lafontaine. Si la encuesta que publica hoy la revista Der Spiegel está en lo cierto, Lafontaine, que baraja una posible alianza con los poscomunistas del PDS, sería capaz de arrastrar al 18% del electorado. El presidente de la Confederación de Sindicatos (DGB), Michael Sommer, apuntó con preocupación el peligro de una "división de la izquierda".

De ser así, Angela Merkel lo tendría aún más fácil para continuar la labor de Schröder, pues la CDU ha dicho que va a mantener la reforma laboral conocida como Hartz IV y algunas de las medidas económicas que tenía previstas Schröder. En materia de política económica, el programa de unos y otros no se diferencia demasiado, ya que las condiciones dadas no permiten gran margen de maniobra. Merkel tendría a su favor, al menos en los primeros años de Gobierno, una amplia libertad para aprobar leyes en las dos cámaras del Parlamento, ya que controlaría la mayoría en las dos. La voluntad del electorado de desbloquear de una vez la actividad legislativa podría convertirse en una ventaja para la CDU en las urnas.