Los ejecutivos hacen carrera en los 'pecos'
El porcentaje de firmas españolas que tienen expatriados en la región se ha multiplicado por tres en los dos últimos años
La expansión internacional de las empresas españolas se ha centrado en América Latina. En los dos últimos años están tomando fuerza como destino los países de la Europa del Este, muchos de ellos miembros ya de la Unión Europea. El porcentaje de multinacionales con personal desplazado a los llamados pecos se ha multiplicado por tres, según un estudio de Mercer hasta el 33%. El perfil de éstos es el de un mando medio de carácter técnico.
Las empresas que envían empleados a los países de la antigua órbita soviética han pasado del 11% al 33% en dos años
Telefónica acaba de hacerse con la operadora checa Cesky Telecom. Es sólo el último ejemplo de que la expansión internacional de la empresa española, que ha crecido de forma significativa en los últimos dos años, mira cada vez más al Este de Europa, más aún desde la última ampliación de la Unión Europea (UE), que hace un año dio entrada a 10 países, ocho de ellos de la antigua órbita soviética.
Aunque América Latina sigue siendo el destino favorito (ver cuadro), Polonia, la República Checa y Eslovaquia, sobre todo, pero también otros países de la zona, ganan terreno. Según el último estudio de Mercer sobre expatriación, el 33% de las multinacionales españolas tiene algún empleado nacional trabajando en esos países. En el anterior estudio de la consultora, de hace dos años, el porcentaje era del 11%.
El perfil de estos expatriados es sensiblemente diferente al que ha sido más común en América Latina. Frente al desembarco de primeros directivos que se produjo en ese continente, a las filiales de Europa del Este suelen desplazarse mandos intermedios con un fuerte componente técnico, explica Rafael Barrilero, de Mercer. Por ejemplo, un director de recursos humanos o un director financiero. "La idea es que sirvan de correa de transmisión entre la dirección superior en España y los trabajadores", continúa Barrilero, quien destaca que en esa región es fácil encontrar trabajadores cualificados.
El nuevo consejero delegado de Accenture en España, Vicente Moreno, puede servir de ejemplo. Se trasladó a Polonia en 1994 para abrir la oficina de la consultora cuando no era socio y vivió tres años en ese país. Moreno sabía inglés, francés y alemán y se llevó a su mujer y sus hijos.
A pesar de las dificultades que puede suponer el idioma y adaptarse a una cultura diferente, estos países tienen algunas ventajas para los expatriados en comparación con América Latina: están a pocas horas de España en avión y son más seguros. Además, en aquellos países que ya forman parte de la Unión Europea -Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y República Checa- el papeleo para lograr los permisos de residencia y trabajo se reduce. El experto de Mercer reconoce esta realidad, si bien subraya que aunque "en la Unión Europea es más fácil, América Latina está dando muchas facilidades" burocráticas. Desde el punto de vista de las empresas, hay una ventaja añadida, que es la posibilidad de diseñar un paquete retributivo más homogéneo, pues las diferencias de nivel de vida son menores entre los países del Este que entre los latinoamericanos.
Aunque el perfil de los desplazados al Este es ligeramente diferente, el modelo que siguen es el típico: se instalan en el país por un periodo que va entre los seis meses y los cinco años, siempre según el estudio de Mercer.
En lo que siguen fallando la mayoría de las compañías es en las políticas de repatriación, en la forma en que encajan los profesionales desplazados a su vuelta a España. El 50% de las empresas no tiene definido cómo hacerlo.
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