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Reportaje:PASEOS

El manantial de la costa

El autor recorre la localidad malagueña de Istán, un lugar marcado por la abundancia de agua y la belleza de sus calles

El pueblo se hace visible casi en el último momento, en la penúltima de las incontables curvas con las que hay que pelearse para poder llegar hasta él; eso sí, bajo un impecable asfaltado, cosa rara y muy de agradecer en las comunicaciones terrestres del mundo rural andaluz. Istán descansa en un promontorio elevado a 303 metros sobre el nivel del mar, en el suroeste de la provincia de Málaga y a 16 kilómetros de la babilónica Babel de Marbella, que es el principal motor laboral, financiero y lúdico de los nativos del pueblo. Rozando los 1.500 habitantes censados, lo primero que llama la atención del visitante es la notable presencia de población infantil; son constantes los enjambres de chiquillos que corretean por las calles principales, síntoma inequívoco de prosperidad, comodidad, garantía de futuro y calidad de vida en cualquier población del planeta.

En su momento y por su situación estratégica, Istán fue elegido como asentamiento por los musulmanes peninsulares de la comarca hasta que en el año 1500, tras la forzosa conversión religiosa, los mudéjares intentaron huir al norte de África sin éxito. En 1568 la rebelión morisca se enconó en la sierra hasta que el Duque de Arcos tomó la zona y exilió a los moriscos al interior de la península. En 1570 comienza la repoblación con cristianos viejos de todos los lugares de Castilla. Curiosamente la mayoría de estos colonos procedía de la huerta murciana, en donde se hablaba una jerga particular llamada panocho, de ahí que el gentilicio de los nativos de Istán no sea istaneño, istanita o istanense. Desde aquellos tiempos hasta hoy los nativos de Istán son y seguirán siendo panochos.

El panocho suele ser noble, terco, amable y obstinado, y resulta reconfortante comprobar cómo se presta al auxilio del visitante con toda la generosidad, empeño y simpatía que pueda ofrecer.

Arropado por la compañía del río Molinos y el río Verde, otra de las características que llaman la atención del visitante es la abundancia de agua con la que cuenta el municipio. La orografía, microclima y demás exclusividades geográficas convierten el agua en el principal patrimonio natural -que no el único- de la localidad, también conocida como El Manantial de la Costa del Sol. Resulta reconfortante comprobar la gran cantidad de fuentes públicas que alegran las calles, prestando especial atención a la fuente de El Chorro, de donde mana agua siempre fresca, potable, purísima y abundante por sus seis caños y que está emplazada junto al antiguo lavadero público, formando uno de los rincones más hermosos y emblemáticos del lugar. Otra singularidad ligada al patrimonio acuático la constituyen las acequias moriscas, distribuidas por todo el pueblo para riego y uso doméstico y diseñadas inteligentemente a fin de alcanzar todos los rincones del complicado sistema de bancales agrícolas. Hasta tal punto el agua constituye un elemento de riqueza y atención importante que hasta hace muy pocos años existió la figura del alcalde de aguas, que no era ni más ni menos que un vecino sensato que ostentaba la potestad de administrar de forma justa y equitativa el suministro de agua para el regadío.

El trazado urbano es inequívocamente musulmán, plagado de rincones, calles y callejuelas exclusivas e irrepetibles, encantadoras y amables, impecablemente blanqueadas y sazonadas con todo tipo de plantas y macetas que los vecinos disponen y mantienen con evidente esmero. En la Plaza Principal nos encontramos con la Iglesia de San Miguel, patrón del pueblo y único responsable celestial de la fiesta por excelencia, la Feria de San Miguel, a finales de cada septiembre y digna de ser disfrutada; doy fe. Muy cerca de este templo se encuentra la Torre de Escalante, único vestigio de las antiguas defensas locales y que debe su nombre al Clérigo Escalante que, durante una ausencia institucional allá por el año 1569, sufrió por los moriscos el asalto de su casa-fortaleza, asalto fracasado por la intervención de su sobrina, Juana de Escalante, convirtiéndose en heroína local por su empecinada resistencia hasta la llegada de las tropas castellanas desde Marbella.

El entorno natural -sin ningún tipo de concesión- es realmente portentoso. La verticalidad de las cumbres que rodean el pueblo, las cañadas y rincones con toda su humedad, verdor y virginidad; los bosques de quejigos, pinsapos, algarrobos, castaños y alcornoques entre otras especies sobrecogen al visitante, y no digamos si éste se aventura por la multitud de vericuetos y caminos perfectamente trazados para la práctica del senderismo, tanto a pie como en bicicleta, con un menú bastante variado de rutas a gusto del caminante o ciclista.

Imposible no prestar especial atención a la fauna que habita el ecosistema del entorno. Especies como la cabra hispánica, el corzo, el águila real, el zorro, el gato montés e incluso la nutria conviven por aquellos parajes con relativo sosiego hasta la fecha. También el ornitólogo que se aventure podrá disfrutar de su silenciosa faena hasta el hartazgo persiguiendo la vida privada de la avifauna de las cumbres, del bosque y del monte bajo.

Lo que desgraciadamente resulta tan evidente como inquietante es la incontenible onda expansiva que genera la codicia constructora e inmobiliaria que se acerca desde la costa. Hasta ahora parece no ser demasiado agresiva pero a lo largo de la carretera que conduce hasta Istán comienzan a aparecer nuevas construcciones y proyectos que no auguran nada bueno para el futuro de esta zona privilegiada. Con un poco de descuido, desidia y ambición, puede que dentro de poco empiecen a ponerle puertas al campo y, de esta manera, haya que crear la figura de Reserva Inmobiliaria Protegida, cuyas siglas serían R. I. P. Qué miedo.

- Lugares recomendados:

Alojamientos rurales:

Altos de Istán****. C/ Las Majadillas, 1. Telf. 952869960.

Los Jarales**. Ctra. Marbella-Istán, Km. 14. Telf. 952869942.

Casa Rural El Matarnillo. Avda. Juan Carlos I, 40. Telf. 952869675.

Para comer:

Restaurante Entresierras. Avda. Juan Carlos I, 8. Telf. 670280194.

Restaurante El Barón. C/ Marbella, 8. Telf. 952869866.

Mesón Rural Los Jarales. Ctra. Marbella-Istán, Km. 13. Telf. 952869942.

Bar Restaurante Troyano. La Plaza, 3. Telf. 952869734.

Bar Bodega Rincón de Curro. C/ Chorro, 1. Telf. 639514512.

Juan Manuel Villalba es poeta y narrador. Su último libro es Todo lo contrario (Editorial Pre-Textos).

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