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Reportaje:

Assumpta se echa unas risas

La actriz catalana cierra el Festival de Cine de Comedia de Peñíscola, donde triunfa la película sueca 'Kops'

Con la estela de internacionalidad que le concede haber trabajado en más de 20 países y en seis idiomas diferentes, Assumpta Serna pasó ayer por Peñíscola para cerrar la 17ª edición del Festival de Cine de Comedia. Lo hizo con porte señorial, amparada en su impresionante currículo y una aguda visión de la cinematografía mundial, que contempla desde su posición como representante española en la Academia del Cine Europeo. Y lanzó algunos dardos envenenados sobre el funcionamiento de la industria porque "en esta vida siempre he hecho las cosas que me han gustado, aunque luego eso me ha beneficiado o me ha perjudicado, según las ocasiones", como afirmó en la rueda de prensa previa a recibir el Premio Costa de Azahar con el que el certamen la distinguió.

Y una de esas cosas ha sido llegar a Peñíscola como la estrella internacional del festival de comedia cuando sus incursiones en el género cómico han sido escasas. "Hice comedia en el teatro, en el Odeon en París, y a partir de ahí me dieron algunos papeles en Francia y en Italia, pero es cierto que en España nadie me ha dado la oportunidad de hacer una comedia", afirmó antes de definirse como "una persona divertida" que piensa que "es importante poner humor en la sociedad y en las vidas de la gente". Sin embargo, la actriz catalana, que dijo sentirse "reconocida por la prensa y el público" pero "no por la profesión", tuvo duras palabras contra las estructuras del cine español, en el que "estamos dominados por la figura del director y no cabe otra opinión". A ese respecto, Serna puso el ejemplo de Francia, donde todos los estamentos de una película "se respetan entre sí y cada uno tiene herramientas para opinar sobre el trabajo que está haciendo".

Assumpta Serna puso el broche de oro a un certamen cuya sección oficial encumbró a la película sueca Kops, de Josef Fares, ganadora del premio Calabuch a la mejor comedia, en una decisión unánime del jurado, que valoró el hecho de que la cinta nórdica "tiene de todo: drama social, gamberrismo y crítica social", según dijo su presidente Pablo Carbonell. Kops, que también ganó el premio al mejor actor en la figura de Fares Fares, que interpreta al "policía tristón que no encuentra pareja", en palabras de Carbonell, fue uno de los tres filmes que se repartieron los premios del festival. Hubo otras dos triunfadoras. La primera, la argentina Las mantenidas sin sueños, de Martin Desalvo y Vera Fogwill, "una película llena de madurez, densidad y capacidad para transmitir esperanza", según Carbonell, que ganó el apartado correspondiente a mejor opera prima, quizás por su escasa conexión con el género cómico, como reconoció a este periódico un miembro del jurado, y el de interpretación femenina, que fue a parar a la niña Lucía Snieg. La segunda triunfadora fue la española Tempus fugit, de Enric Folch, un filme "casi perfecto que mantiene en pie, gracias a un director de raza, un argumento idiota", como lo definió Pablo Carbonell, triunfador en el apartado de mejor director y acreedor de una mención de honor en la figura de su protagonista, el actor valenciano Xavi Mira.

Estos y los demás premios que concede Peñíscola, entre ellos el de mejor cortometraje, que ganaron ex-aequo 24 instantes, de Daniel Sánchez Chamorro, y Éramos pocos, de Borja Cobeaga, se entregaron en la gala de clausura de ayer, que se cerró con el preestreno de El calentito, de Chus Gutiérrez.

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