ETA irrumpe en Madrid con un coche bomba en pleno debate sobre el diálogo
Los terroristas avisaron de la colocación del explosivo, que causó cinco heridos leves
ETA retomó ayer su actividad criminal en Madrid en pleno debate político sobre un posible diálogo en caso de que los terroristas dejen las armas. A primera hora de la mañana, ETA hizo estallar una bomba en una zona industrial de la capital que causó cinco heridos leves. Una furgoneta robada unas horas antes, cargada con 20 kilos de explosivos y aparcada a las siete de la mañana en la calle de Rufino González, estalló a las 9.31. Los terroristas -dos hombres, según testigos que vieron cómo aparcaban el vehículo- avisaron por teléfono al diario Gara de la colocación del coche bomba a las 8.45, sólo 46 minutos antes de la explosión.
La policía acordonó la zona y logró desalojar a muchas de las personas que trabajaban en edificios próximos al lugar donde estaba aparcada la furgoneta con la bomba. La explosión provocó múltiples desperfectos. Los servicios de emergencia atendieron a 47 personas, de las que sólo cinco tenían heridas leves.
Los terroristas, según la investigación policial, huyeron tras aparcar la furgoneta en otro coche. Eligieron la carretera de salida Madrid-Barcelona, la más próxima al lugar del atentado. Cuando llevaban recorridas unas decenas de kilómetros, se detuvieron en un municipio de Guadalajara para llamar por teléfono al diario Gara comunicando el lugar exacto en el que habían colocado la furgoneta con el explosivo unos minutos antes.
Es el segundo atentado con coche bomba que ejecuta ETA en Madrid desde la matanza de los trenes cometida por terroristas islamistas el 11 de marzo de 2004. El atentado de los etarras se produjo unas horas antes de que dos ex parlamentarios de Batasuna, Arnaldo Otegi y Jon Salaberria, tuvieran que comparecer en la Audiencia Nacional acusados de colaborar en la financiación ilegal de ETA.
El PP reclamó ayer al Gobierno un cambio en su política antiterrorista. "Apelar al diálogo es un error", señaló el portavoz popular, Eduardo Zaplana. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero insistió en la necesidad de que las fuerzas políticas luchen unidas contra el terrorismo y exigió a ETA que deje las armas. Batasuna, a través de Joseba Permach, no condenó el atentado: "Los efectos del conflicto político siguen vigentes".
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