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Entrevista:MARÍA BAYO | Soprano

"Entre Mozart y yo hay mucha sensualidad"

Pregunta. Dicen que es de armas tomar.

Respuesta. Huy, ¿de verdad? Yo creo que es leyenda.

P. ¿Y lo de chiquita, pero matona?

R. Bueno, un poquito sí, porque soy navarra. Tengo carácter. Creo que para esta profesión hace falta tenerlo.

P. Y para correr delante de los toros, como hacía en Fitero.

R. Sí, de pequeñita, con las vaquillas. Lo palpamos mucho en nuestras carnes.

P. ¿A qué edad se enfrentó a un auténtico toro?

R. Ya a los veintitantos, ante una ópera. Y eso sí que es un toro bravo.

P. ¿Cuál fue el primero de la tarde?

R. La Lauretta de Gianni Schicchi, en alemán, además. Porque me marché a Alemania a estudiar. Y no conocía el idioma.

P. Es usted cuarto y mitad de soprano. ¿De dónde saca ese pedazo de voz?

R. Pues de la técnica, de años de trabajo y estudio. Pero es verdad que choca un poco mi pequeño formato con la potencia de voz.

P. Hablando de formatos. ¿Cuántas Bayos caben en una Caballé?

R. No sé [ríe]. La verdad es que cada una tenemos nuestro formato, nuestro cuerpo.

P. Cleopatra es uno de sus personajes favoritos. ¿Sólo porque se beneficia a Marco Antonio?

R. Desde luego que sí. Si estaba bien, por qué no. Además, Cleopatra es pura sensualidad.

P. ¿Usted cómo anda de eso?

R. Yo creo que la tengo. Hace falta mucha sensualidad para estar arriba de un escenario.

P. ¿Y en la vida civil?

R. Me dicen que soy muy sensual a la hora de cantar, con ese timbre particular que yo tengo. También fuera del escenario, sí. Yo creo que la mujer tiene que serlo.

P. Confiese que su auténtico modelo es la Castafiore de Tintín.

R. Sobre todo. Ésa es la que más me gusta. Y, además, es el prototipo de la diva: llena de perlas, de joyas, y haciendo esos gorgoritos que tanto odia la gente.

P. ¿Usted es su propia hada madrina?

R. Cada uno es su hada madrina, sí. Yo, que odiaba los exámenes, me examino cada día en el escenario.

P. En el cole no pegaba un sello. Me imagino en su casa: "Niña, estudia o acabarás en la ópera".

R. Pues mi madre decía que me gustaban las cosas que no tenían mucho porvenir.

P. Dio en el clavo.

R. Totalmente. Pero una vez que vio que me quería dedicar al mundo del arte, me apoyó completamente.

P. Mozart es su autor favorito. ¿Qué hay entre ustedes?

R. Ay, no lo sé, pero creo que mucha sensualidad. Algo especial e inmediato. Con Mozart tuve un flechazo, como con mi marido.

P. Pues con Rossini hubo más que palabras.

R. También, sí.

P. Podríamos decir que los hombres de su vida son Mozart, Rossini e incluso su marido.

R. Exactamente, el último. [risas].

P. ¿Es usted lo más universal que ha dado Fitero?

R. Sí. Bueno, ha habido gente muy importante, como Palafox.

P. ¿Qué le parece que Escrivá de Balaguer sea santo?

R. ¡Huy! Ja, ja, ja. Es que no le he conocido.

P. Y a Mozart sí, claro.

R. Ah, pero de Mozart he conocido mucho más su obra. La de Escrivá en Pamplona puedes esquivarla, si no te interesa. Y eso que estudié puericultura en la Clínica Universitaria, y sí que tenía un poquito de miedo.

P. A que se le pegara algo.

R. A que se me pegara algo.

P. "Ser cantante de ópera es como ser monja". Puesta a tomar los hábitos, ¿qué sería, la superiora de la nueva lírica española?

R. Quiero decir que hace falta devoción, dedicación. Pero sí, yo la superiora. Tengo aspiraciones y voy a lo más.

P. ¿Qué tipo de películas se llora?

R. Las de sufrir, o cuando hay una enfermedad, un desamor...

P. Dicen que, además de cualidades vocales, tiene armas escénicas. ¿Es muy teatrera?

R. Soy muy teatrera, lo dice mi padre. Y dice que mi hija ha salido como yo.

P. ¿La niña seguirá su camino?

R. Yo espero que no, porque se sufre mucho en este trabajo, y, además, los hijos de cantantes que han tenido una carrera intentan igualar a sus padres, y a veces no es fácil.

P. ¿Qué cree que va mejor en España: el fútbol, la lírica o la Conferencia Episcopal?

R. El fútbol. Y lo peor, la lírica.

María Bayo, fotografiada esta semana en el Mercado de la Boquería, de Barcelona.
María Bayo, fotografiada esta semana en el Mercado de la Boquería, de Barcelona.MARCEL.LÌ SÁENZ

PERFIL

Con 43 años y una hija, canta hoy en el Liceo barcelonés 'L?elisir d?amore', de Donizetti. Dice que lee bastante, porque, por su profesión, pasa mucho tiempo sola, y, además, tiene que estar callada, cuidando la voz. Por eso fuera del escenario no canta ni en la ducha. Le gusta andar y hacer gimnasia. ¿Manías de diva?: "Me obsesionan un poco los colores"

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