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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Salvar la pintura

La pintura está muy expuesta. Digo, si se la mira desde el punto de vista de la novedad, que tal y como ha demostrado convincentemente Boris Groys es la única ley de la cultura que sigue en pie, después de tantos sacrilegios y desamortizaciones. Hay suficiente pintura en los museos y en todas las colecciones legendarias del mundo como para que cualquier aficionado pueda pasar el resto de su vida revisando la herencia magnífica e inagotable legada por ya no sé cuántos milenios de pintura y de pintores. Pero no se trata de eso. Nadie, ni siquiera el más conservador de los aficionados, parece hoy dispuesto a consagrar su vida a ver lo que ya fue visto, ni a quienes se limitan a pintar lo que ya ha sido visto. Y todavía están menos dispuestos a hacerlo los pintores que quieren ser pintores del aquí y el ahora y que sufren viendo cómo el campo de cultivo de lo visible -que alguna vez fue sólo de la pintura- está dominado por técnicas de la producción de imágenes cada día más potentes e innovadoras. Fabián Marcaccio es uno de esos pintores y las obras que actualmente expone en Da2 son la prueba de lo que él está haciendo por la salvación de la pintura.

FABIÁN MARCACCIO

'From altered painting

to paintants'

Da2. Avenida de

la Aldehuela, s/n. Salamanca

Hasta el 12 junio

En primer lugar, él tiene una confianza sin fisuras en la capacidad de la pintura de generar imágenes de un modo muy distinto a los modos de la fotografía, el vídeo y el ordenador; confianza que manifiesta sobre todo en la soltura con la que se apropia de las imágenes generadas por estos últimos medios. En segundo, él desafía la jerarquía del actual sistema visual mediante pinturas capaces de competir por su potencia con el abrumador impacto visual de las imágenes publicitarias. Y en tercer lugar, él ha elegido como seña de identidad de su obra la pintura reiterada de brochazos. ¡Ojo!, que no es lo mismo pintar brochazos que pintar a brochazos, que una cosa es De Kooning y otra muy distinta Roy Lichenstein.

El resultado de las tres decisiones explica bien lo que ha hecho Marcaccio en la última década y que consiste en cuadros vertiginosos de colores vibrantes, compuestos por una mezcla aparentemente incontrolada de motivos y texturas mutuamente excluyentes, unidos a fuerza de brochazos. Esos cuadros pueden ser cuadros normales, de pequeño, mediano o gran formato, pero los más impresionantes, los más titánicos si se quiere, son los de formatos desaforados. Cuadros como Re-Sketching Democracy, que despliega sus 30 metros de longitud en la sala la Horquilla de Da2, cuyo tamaño parece poco, sin embargo, si se lo compara con los 190 metros del mural que instaló en 2003 en una playa de Ostende. Quizá Marcaccio confía a ese gigantismo el éxito de su proyecto, evidentemente mesiánico, de convertir a la pintura en el único remedio posible al mal de la fragmentación que tan radicalmente afecta a nuestra cultura.

Fragmento de 'From altered painting to paintants' (2004), de Marcaccio.
Fragmento de 'From altered painting to paintants' (2004), de Marcaccio.

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