_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

MLNV

Juan José Millás

Nadie, en la historia de la democracia, ha babeado frente a ETA hasta el extremo de referirse a ella con el nombre de Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Nadie, excepto Aznar. Fue su modo de insinuar a los terroristas que él, en la intimidad, además de hablar catalán, pactaba. Estos días hemos visto mucho artificio verbal, mucha retórica, pero nadie ha explicado aún a los contribuyentes por qué antes sí y ahora no. Que nos lo expliquen, que vayan los portavoces del PP a las teles y a las radios para explicarnos por qué debemos condenar hoy lo que nos pedían que aplaudiéramos ayer. Y es que ahí están las hemerotecas y los archivos de voz y las cintas de los telediarios para quien quiera comprobar qué hicieron ellos cuando la fantasía de acabar con la banda empezó a producir jugos electorales en su estómago.

¿Es indecente o no es indecente que vengan ahora Rajoy y Acebes y Zaplana (vaya trío) asegurando que el PSOE pretende obtener réditos de mil asesinatos? ¿En qué pensaban ellos cuando se dirigían a los asesinos con el noble apelativo de Movimiento de Liberación Nacional Vasco? ¿Acaso no es verdad que el primer análisis que hicieron sus expertos la mañana del 11-M fue que si había sido ETA, arrasaban? ¿No es cierto que falsearon la realidad de forma minuciosa durante cuatro días para sacar rédito electoral de los doscientos muertos? Deberían ustedes explicarse o mentir con más pericia.

Si Zapatero tuviera una oportunidad entre mil de acabar con ETA, debería intentarlo, y con la ayuda de usted, señor Rajoy. Lo malo es que si a usted y al ventrílocuo en cuyas rodillas continúa meciéndose les quitan el terrorismo, los dejan sin discurso. Eso es lo que pasa, y no que Zapatero sea cómplice de ETA ni que cobre una comisión del impuesto revolucionario. Disponemos de datos para asegurar que Zapatero no es terrorista (¿manda o no manda huevos que esta revelación sea una primicia informativa?). El hombre está haciendo lo que han hecho todos los presidentes del Gobierno con el apoyo de todas las oposiciones. El problema es que la idea de que tenga éxito les pone a ustedes los pelos de punta porque sin ETA, o sin el MLNV, como prefieran, se quedan sin programa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_