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Blair promete hacer de la seguridad y la educación los ejes de su tercer mandato

El primer ministro británico declara que va a devolver la calle "a la gente decente"

Pasadas las elecciones, la política británica celebró su rito anual de pompa y teatral debate parlamentario. Isabel II inauguró la legislatura por la mañana con la tradicional lectura del discurso de la reina, un monótono texto escrito por Downing Street que se limita a citar uno tras otro los proyectos de ley que el Gobierno pretende presentar en la Cámara en los próximos meses. Por la tarde, el líder conservador, Michael Howard, se felicitó de que el Gobierno haya hecho propio el programa electoral de la oposición, y Tony Blair prometió "una cultura de respeto" y "devolver la calle a la gente decente".

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La apertura del Parlamento siguió su liturgia centenaria. La reina dejó clara la primacía del soberano instando a los diputados, los Comunes, a presentarse ante ella en la Cámara de los Lores. Y los Comunes cumplieron con el ritual de mostrar su primacía al cerrar las puertas al enviado de la reina para obligarle a pedir permiso para entrar antes de darles el recado real.

Luego, tras un receso para almorzar, los Comunes recuperaron su formidable capacidad de representación en un primer debate dominado por la burla y la ironía. Más tradiciones: el debate no lo abrió el primer ministro, Tony Blair, sino el líder de la oposición, Michael Howard, en respuesta a la inicial intervención del Gobierno a través de la reina.

Howard, siempre crecido en el estrado parlamentario, leyó un texto lleno de ironía en el que aseguró que el Gobierno ha hecho suyas las prioridades electorales de los tories: controles a la inmigración, hospitales más limpios, disciplina en las escuelas, más policías. "No teníamos idea de que estaba pensando lo que nosotros estábamos pensando", remató la faena al rememorar el lema de la campaña electoral conservadora ("¿Está usted pensando lo que estamos pensando?") y provocando las carcajadas incontenibles de su grupo parlamentario.

Enorme desprecio

Blair acalló la charanga tory recordándole a Howard quién había ganado las elecciones ("Yo sigo aquí de pie y usted sigue ahí sentado", le espetó con enorme desprecio en el tono y la mirada), y repasando la aritmética parlamentaria para espetarle que sólo dos veces en el pasado el Partido Conservador había conseguido menos escaños que en estas elecciones: en las dos inmediatamente anteriores.

Aunque la reina había dicho por la mañana que "la educación sigue siendo la gran prioridad de mi Gobierno", Blair puso sobre todo el acento en la seguridad ciudadana al prometer la creación "de una cultura de respeto" y pedir la ayuda de "padres, comunidades locales, policía local" para conseguir marcar la diferencia.

Entre las propuestas legislativas más polémicas está la de crear un Documento Nacional de Identidad, aunque su introducción será gradual y no será obligatorio llevarlo encima. Con una mayoría parlamentaria reducida a 67 diputados, la tramitación parlamentaria de la ley no está asegurada. La introducción del DNI costará unos 4.500 millones de euros a pesar de que cada usuario tendrá que pagar unos 130 euros para obtener el documento, que incluirá los datos biométricos del portador, que serán almacenados en una nueva base de datos.

Otra propuesta destacada es la de introducir un sistema de puntos para regular la entrada de inmigrantes y la reducción de las posibilidades de apelación a los estudiantes, trabajadores y familiares a los que se les niegue el visado. Pero Blair reafirmó su oposición a la introducción de topes tanto a la inmigración económica como a los demandantes de asilo. Entre las 45 propuestas legislativas figuran leyes contra la incitación al odio religioso, los derechos de los padres, la reforma de las pensiones, contra crímenes violentos, para los Juegos Olímpicos -si gana la candidatura de Londres- y otra ley antiterrorista.

La reina Isabel de Inglaterra, al salir del palacio de Buckingham camino del Parlamento británico.
La reina Isabel de Inglaterra, al salir del palacio de Buckingham camino del Parlamento británico.ASSOCIATED PRESS

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