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Piqué acepta pactar la financiación aunque pone reparos al Estatuto

El PP considera inconstitucionales algunas de las demandas del tripartito

Josep Piqué transmitió ayer a Pasqual Maragall la firme voluntad del PP catalán de que el enrarecido clima político español no condicionará la predisposición de su partido a alcanzar un acuerdo sobre la reforma estatutaria en Cataluña y, principalmente, respecto al nuevo sistema de financiación. No obstante, Piqué expresó serias dudas sobre la constitucionalidad de algunos aspectos de ambas reformas legislativas.

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, continuó ayer su ronda de contactos con los líderes políticos catalanes de cara a preparar la segunda cumbre sobre el Estatuto, que se celebrará el 11 de junio. Ayer le tocó el turno al presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué. La coyuntura en principio se presentaba desfavorable tras el bronco debate sobre el estado de la nación y la consiguiente ruptura del consenso entre PP y PSOE en materia de política antiterrorista. Pero lo primero que subrayó Piqué en su comparecencia informativa, tras casi hora y media de entrevista con Maragall, fue aislar ambos escenarios. "El sentido de la responsabilidad me lleva a no mezclar ambas cosas. En esto a mí no me encontrarán", aclaró.

En consecuencia, Piqué reiteró que el compromiso adquirido por el Partido Popular de negociar las demandas de mayor autogobierno para Cataluña sigue en pie. Sin embargo, introdujo reservas sustanciales. Por ejemplo, los populares ven mucho más factible alcanzar un acuerdo en materia de financiación que respecto al Estatuto, aunque en ambas reformas aprecien signos de inconstitucionalidad.

Bloqueo de CiU

La puntualización no era baladí. Piqué coincidió con el ministro de Industria y primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, que en la víspera culpó a Convergència i Unió de un posible fracaso del Estatuto y le advirtió de que su concurso no es imprescindible para que la Generalitat acuerde con el Gobierno central un nuevo modelo de financiación. Ayer, el dirigente del PP catalán consideró "sensato" el diagnóstico del ministro y ofreció a Maragall su apoyo en caso de que el Estatuto no prospere por culpa de la federación nacionalista y se decida por intentar una negociación "paralela" con el Gobierno para incrementar los recursos financieros de la Generalitat.

Piqué se situaba, con esta maniobra, al lado de los socialistas catalanes que vienen denunciando las posiciones maximalistas de Convergència i Unió. Una coincidencia de planteamientos que fue inmediatamente atacada por el resto de los partidos catalanes que rechazaron disgregar Estatuto y financiación.

Pero la oferta de diálogo lanzada por Piqué no esconde profundas divergencias de planteamientos entre el PP y el tripartito catalán. No de simples retoques sino claramente inconstitucionales en opinión de los populares. En cuanto al Estatuto, Piqué enumeró las definiciones de cuestiones identitarias -Cataluña como nación-; la utilización "abusiva" del artículo 150.2 de la Constitución que permite transferir a las autonomías competencias reservadas al Gobierno central o el concepto de la Administración de justicia. Piqué también alberga serias dudas sobre el rigor jurídico del Estatuto. Según indicaron fuentes del PP catalán, Maragall y Piqué coincidieron en adelgazar el actual redactado del Estatuto, la posibilidad de quitar la carta de derechos y deberes y de articular a través de proposiciones de ley del Parlamento la reforma de leyes orgánicas.

Las diferencias sobre el sistema de financiación tienen similar calado. Así, Josep Piqué se mostró en contra de que el Estatuto concrete este sistema y calificó de inconstitucional la posibilidad de que la Generalitat recaude todos los impuestos y disfrute de amplia capacidad normativa. "El sistema que propone el tripartito no es generalizable y rompe además el espacio fiscal común", advirtió.

El líder del PP catalán expresó su convencimiento de que el nuevo Estatuto no estará listo para finales del mes de junio, tal como pretende el Ejecutivo catalán, a pesar de que, a su juicio, la cumbre del 11 de junio debería servir para "explorar vías de solución" a los principales problemas y divergencias entre las distintas formaciones. En este punto, Piqué ve pocas posibilidades de armonizar las posiciones de su partido y las de CiU.

A pesar de las discrepancias entre Piqué y Maragall, fuentes de la Generalitat destacaron la recuperación de las "relaciones" entre ambos dirigentes y destacaron el acuerdo para redactar y aprobar en el Parlamento catalán un plan de grandes infraestructuras y negociarlo con el Gobierno central.

Pasqual Maragall y Josep Piqué, durante su entrevista en el Palau de la Generalitat.
Pasqual Maragall y Josep Piqué, durante su entrevista en el Palau de la Generalitat.JORDI ROVIRALTA

"Tono positivo"

Ni las dudas de Josep Piqué sobre la reforma del Estatuto ni sus objeciones al sistema de financiación que propone el Ejecutivo catalán causaron ayer graves preocupaciones en el Gobierno tripartito. Tras la entrevista entre el presidente de la Generalitat y el líder del PP de Cataluña, el primer consejero, Josep Bargalló, se mostró optimista porque "en ningún caso se ha cerrado la puerta a ningún tema ni a la participación del PP en el consenso" que el Gobierno busca crear alrededor del Estatuto y del sistema de financiación.

Bargalló recalcó el "tono positivo" registrado durante el encuentro y valoró el "compromiso" de Piqué para encontrar puntos de encuentro. Asimismo, aseguró que el Gobierno catalán no se plantea negociar por separado el nuevo Estatuto y la financiación.

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