El Rocío castellano
La meseta también tiene su particular "Rocío". Es la romería del Cristo de la Luz, conocida popularmente como el Rocío de Castilla y León, que llegó a congregar el domingo a más de 10.000 personas y a más de 600 caballos y carruajes en Hontanares, un anejo de Arenas de San Pedro situado en la provincia de Ávila, en límite con la provincia de Toledo, donde cada año confluyen los romeros abulenses con los procedentes de Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura. Declarada de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla y León en 2001, la fiesta contó con la espectacularidad de los jinetes a galope en sus monturas, desde caballos a ponis, burros e incluso un motocultor, entrando por las calles de Hontanares tras haber salido a primera hora de la mañana de la iglesia de San Juan Bautista, de Lanzahíta, y cruzar el río Tiétar, siguiendo el Cirio tradicional de 80 kilos de peso. No faltaron los coloristas carruajes, que junto a vestidos de faralaes, sombreros cordobeses y los coros rocieros recuerdan la fiesta almonteña, aunque ni el presidente de las Cortes de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago, ni la alcaldesa de Arenas de San Pedro y senadora Carmen Aragón, ni el diputado provincial José María García Tiemblo lucieron trajes de este tipo. La romería, a punto de desaparecer hace unos años, tiene su origen hace más de cuatro siglos, cuando -según la leyenda- un pastor encontró la imagen del Cristo de la Luz a orillas del río, pero la figura que llevó al pueblo desapareció dos veces y siempre regresaba a Hontanares, por lo que se decidió levantar allí una ermita.
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