Pasión por el parqué

La Bolsa, pese a ir asociada a la palabra "juego", tiene poco de lúdica. Así lo creen los profesionales que mueven fortunas en el parqué, los pequeños inversores y también los estudiantes que componen los clubes de finanzas y que la pasada semana participaron en un encuentro en La Comercial organizado por el club de inversión de la Universidad de Deusto, en el que también participaron representantes de los centros de ICADE de Madrid, ESADE de Barcelona y de la Universidad de Navarra. La imagen que ofrecieron al presentar sus proyectos bursátiles a más de un centenar de compañeros y profesores se acercó más a la de un grupo de analistas financieros y brokers que a la de unos estudiantes con más ilusión que liquidez.

"En las universidades anglosajonas se pegan por entrar en estos clubes"

Ataviados con traje y corbatas llamativas (ellos) o con conjunto de chaqueta y pantalón en tonos oscuros (ellas) y auxiliados con elaboradas presentaciones de sus ordenadores portátiles, los representantes de cada club desgranaron, al más puro estilo estadounidense, sus proyectos. Y lo hicieron con un detalle que dejaría a muchos empresarios como meros aficionados.

Es el caso del club de finanzas del ESADE, representado por Carolina y Marco, que incluye la publicación de boletines quincenales -aún en proyecto-, la preparación de juegos de simulación de Bolsa, la convocatoria de conferencias y seminarios, o las salidas para visitar el parqué de la ciudad condal. Sus compañeros de ICADE, José María y Adeyumi, desplegaron un ambicioso proyecto de creación de club de inversión en su centro de estudio, que incluye la búsqueda de financiación y de vínculos con empresas y la realización de distintos actos formativos- o el trabajo para crear una Asociación Nacional de Clubes de Inversión. Como punta de lanza de este conjunto de iniciativas, sobresale el intento de poder invertir en Bolsa con dinero real.

Esto ya lo hace, y con notable éxito, según sus números, el club de inversión de la Universidad de Deusto, en el que participan sus 300 componentes con una cantidad que oscila entre 60 y 120 euros. A la vista del informe sobre la situación macroeconómica actual que presentaron tres de sus miembros, Eugenio, Guillermo y Maialen, sus decisiones se basan en una información muy completa. Según destacó Eugenio, los porcentajes de beneficio del dinero invertido en Bolsa desde 1999 están incluso por encima del de algún banco. No obstante, en este mundo la intuición también tiene un papel determinante. "Invertimos en las tabacaleras porque una compañera comentó que, pese a las campañas contra el tabaco, la gente sigue fumando. Y Altadis subió", recordó Eugenio con una sonrisa.

En el turno de preguntas tras las exposiciones, los alumnos se interesaron por los requisitos para poder participar en estos clubes. En general, tan sólo se necesita, según comentaron, ilusión, ganas de trabajar o una cuota de entrada en el caso de Deusto. La excepción es el club de la Universidad de Navarra, que exige un elevado nivel de inglés y unas notas "muy buenas", según sus representantes Javier y Dan.

La subida del petróleo o, cómo no, la carestía de la vivienda fueron otras de las cuestiones que surgieron en un coloquio en el que los miembros de los clubes de finanzas vendieron las ventajas que reporta participar en ellos. "Es algo que merece la pena y que se puede compaginar. Esto te permite la aplicación práctica de la teoría que recibes en las clases y tampoco te lleva tanto tiempo", según destacó Guillermo, del club de Inversión de Deusto.

Adeyami, de ICADE, subrayó que el hecho de formar parte de estas iniciativas es algo que no pasa desapercibido para las empresas. "He participado en varios procesos de selección y en todos me han preguntado por mi participación en un club de inversión. Lo ven como una muestra de iniciativa y es algo que tienen en cuenta. En las universidades anglosajonas se pegan por entrar en estos clubes, que tienen 30 o 40 años de antigüedad y disponen de grandes recursos y de grandes posibilidades de formación", recalcó.