'Estilo Bustos'
Sabadell vive dividido entre defensores y detractores del modo de hacer del alcalde
El pasado 14 de abril, un joven de 14 años acaba contra la pared, esposado y detenido, tras enganchar unos adhesivos con leyendas contra el alcalde de Sabadell, el socialista Manuel Bustos, en un edificio municipal. Al poco tiempo, el teniente de alcalde del Área del Territorio, Francisco Bustos, hermano del alcalde, deja sus responsabilidades al frente de la policía municipal, aunque conserva sus otras concejalías. Lo explica, llorando, y alega que ha recibido "amenazas de los antisistema".
No pasa ni una semana y se producen dos manifestaciones contra el "estilo del alcalde", en palabras de las asociaciones convocantes. En pocos días, los dos socios de gobierno del PSC, ERC e ICV-EUiA, anuncian que abren un debate interno para decidir si siguen o no al lado de Manuel Bustos. No obstante, antes de que comuniquen su resolución, el alcalde les envía a la oposición.
Un manifiesto califica la gestión de Bustos de "intolerante y demagógica"
El PSC afirma que el estilo del alcalde es de "proximidad con los ciudadanos"
¿Qué ha sucedido en Sabadell en los últimos tiempos? A juicio de algunos, ha salido a la superficie el enfado, un descontento latente hacia un modo de gobernar la ciudad. Lo han calificado de estilo Bustos. Pero ¿qué es el estilo Bustos?
El socialista Manuel Bustos es alcalde de Sabadell desde 1999. Las primeras elecciones locales las ganó por un escaso margen de votos, tan sólo 66; las siguientes por una aplastante mayoría absoluta. Aun así, pactó con ICV, ERC y CiU. Durante mucho tiempo, este amplísimo equipo de gobierno ha funcionado con un engranaje que apenas chirriaba.
A Manuel Bustos le gustan, según sus conocidos, los momentos de olor de multitudes. No hay fiesta, ni acto, ni acontecimiento que se pierda. El portavoz del grupo municipal socialista, Joan Carles Sánchez, afirma que el de Bustos es "un estilo de proximidad con los ciudadanos. Estar en todos los actos es un estilo al que no estábamos acostumbrados". El concejal de ERC, Josep Maria Civis, sostiene que Bustos se caracteriza por los "excesos", por la "sobrecarga de fotografías". En opinión del edil ecosocialista Ramón Álvarez, el problema del alcalde es que "no admite discrepancias".
Los detractores del alcalde critican el aumento del dispendio en comunicación del consistorio, o de excursiones con la comida pagada para ir a visitar las obras que se están haciendo en la ciudad. A juicio del portavoz de CiU, Joan Ignasi Sánchez, se trata de un estilo que tiene tendencia a dividir entre "buenos y malos; entre los que me aman y los que me temen".
También el pasado 14 de abril salió un manifiesto crítico con el alcalde. Quienes lo firmaban -un millar de personas- definían la gestión de Bustos como "sectaria, intolerante y demagógica", y aseguraban que su política era "clintelar". Al manifiesto crítico le salió una réplica. Esta vez lo firmaban 50 entidades y fue iniciativa de Nous Temps, una entidad que preside el militante socialista Jaume Masferrer. El segundo se solidariza con Francisco Bustos y aboga por "la convivencia y la democracia".
Dos manifiestos y división de entidades y asociaciones de vecinos. Otro fenómeno reciente que está sucediendo en Sabadell: las asociaciones de vecinos paralelas. El ecosocialista Ramón Álvarez dice que la división "se ha incentivado desde el Ayuntamiento".
En Sabadell, los colectivos alternativos son dispares, desde los que redactan la revista Ordint la Trama, entre ellos el futbolista azulgrana Oleguer Presas, hasta los okupas.
Uno de los concejales que más utilizó el término antisistema durante los días de la crisis fue Joan Manau, primer secretario del PSC local. Acusó a los "jóvenes antisistema" de "querer consolidar la kale borroka en Sabadell", y de que la Entesa, la formación política heredera del anterior alcalde de Sabadell, Antoni Farrés, estaba "detrás de las agresiones violentas". Por esta última afirmación la Entesa lo ha denunciado ante los juzgados por calumnias. Sin embargo, el Ayuntamiento se ha sentado a negociar con estos colectivos, a los que ha bautizado como "antisistema" en distintas ocasiones e incluso les ha cedido dos locales.
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