Políticos en el pupitre
400 cargos públicos van a los colegios y responden preguntas de los niños sobre cómo combatir la pobreza en el mundo
Señora ministra de Educación, María Jesús San Segundo: ¿se imagina usted haber nacido entre los desfavorecidos del Tercer Mundo que no tienen acceso a la educación?". Fue la "pregunta definitiva", según la propia ministra. La hizo Araceli Verastegui, inmigrante de Ecuador, que cursa primero de secundaria en el IES Avenida de los Toreros, en Madrid. La ministra respondió: "Ésa es la idea que debemos mantener los políticos: tener siempre presente que podíamos haber nacido en un lugar sin iguales oportunidades de ir a la escuela".
En la Semana Mundial de Acción por la Educación (SME), clausurada recientemente, los políticos han vuelto al cole para acordarse -y recordarlo a la sociedad- de que la educación supone la auténtica llave contra la pobreza. Igual que a San Segundo les pasó a Manuel Marín, presidente del Congreso, a Ernest Benach, presidente del Parlamento de Cataluña, y a otros 400 políticos de diversas comunidades autónomas, que oyeron cómo los niños de 200 colegios españoles les hacían preguntas embarazosas como la de Araceli, la niña que dijo tener amigos en Ecuador que no pueden estudiar "porque tienen que trabajar para ayudar a sus papás".
En su día de cole, la ministra de Educación reconoció frente a los niños que "el mundo que les dejamos tiene problemas de equidad importantes" y les recordó que su generación es la de la globalización, por lo que "nunca podrán olvidar al resto del mundo".
Los niños preguntaron a los políticos por el cumplimiento -más bien por el incumplimiento- de los acuerdos de la cumbre de Dakar 2000, cuyos objetivos eran lograr para 2005 la igualdad de sexos en la educación, y para 2015 la educación básica gratuita y universal y una reducción del 50% en el analfabetismo de adultos.
Actualmente hay más de 100 millones de niños en el mundo que no van a la escuela y nunca lo harán, según la Unesco. El 60% de ellos son niñas. Otros 140 millones de jóvenes llegarán a la edad adulta sin saber leer ni escribir. Además de los 800 millones de adultos analfabetos en el mundo, la mayoría (528 millones) son mujeres.
La iniciativa de la vuelta de los políticos al cole es impulsada en España por
Entreculturas, Ayuda en Acción, Intermón Oxfam y Redes, en el marco de la Campaña Mundial por la Educación (CME), que este año tiene como meta cumplir el Objetivo del Milenio: promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer. "Esa clase a los políticos se da simultáneamente en más de 117 países, con la participación de más de dos millones de niños", dice Xavier Obach, de Entreculturas. El año pasado la campaña montó el Parlamento de los Niños, y los chavales pudieron hablar a diputados y senadores.
La CME revela una clara relación entre las carencias educativas y la pobreza: un solo año de enseñanza básica puede incrementar entre un 10% y un 20% el salario de las mujeres; los niños con educación primaria tienen 2,2 veces menos posibilidades de contraer el sida; si las madres tienen enseñanza básica, sus hijos contarán con un 50% más de probabilidades de llegar a los cinco años.
La campaña exige a los Gobiernos del mundo rico que destinen el 0,7% de su producto nacional bruto a ayuda oficial al desarrollo y, de ese porcentaje, el 10% para educación. A los gobiernos de los países en desarrollo se les emplaza a destinar un 3% a la educación básica y a prestar especial atención a las niñas, víctimas de tradiciones que las apartan pronto de la escuela.
Esos objetivos se integran en la Iniciativa por Vía Rápida en Educación (FTI, por sus siglas en inglés), que nació en 2002 impulsada por el Banco Mundial y apoyada por la Unesco, con la constitución de un consorcio de donantes. "Es precisa una participación española en la FTI, que venga acompañada de un compromiso financiero", aseguran los miembros españoles de la CME. "Cuando estamos a punto de ser testigos del primer incumplimiento de uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el de la equidad en el acceso de niños y niñas a la escuela, se hace imprescindible que la cooperación española afronte con una mira más amplia su contribución a los objetivos globales de desarrollo".
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