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Crónica:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Francia
Crónica
Texto informativo con interpretación

Pedrosa saca el látigo en Le Mans

El español se impone al francés De Puniet y recupera el liderato mundial de los 250cc

Oriol Puigdemont

Dani Pedrosa volvió ayer a sonreír. La carrera del menudo piloto español en los 250cc fue memorable y, a pesar de que no se cansa de repetir que él no tiene nada que demostrar, se levantó, alzó el puño y golpeó a todos los que, en este inicio de los Campeonatos del Mundo un tanto titubeante que ha tenido, se han atrevido a cuestionar la hegemonía del vigente campeón de la categoría. Su victoria fue tan ajustada como valiosa.

El catalán, con el semblante siempre impertérrito ante la presión, respiró tras imponerse en una cita en la que había vencido en los dos últimos años. Era consciente de que una victoria de Stoner o de Dovizioso en el circuito Bugatti le alejaría de forma un tanto preocupante del liderato que se dejó arrebatar en Shanghai. Ayer lo recuperó a pesar de que, tras la carrera, afirmaba: "Lo importante es que hemos hecho una buena carrera. El liderato no me importa".

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Pedrosa salió desde la pole-position, la segunda de las suyas en la temporada, tras la conseguida en Jerez, donde también ganó, pero en la primera vuelta se vio superado por Dovizioso. Comenzó entonces a perder posiciones giro tras giro hasta ocupar la sexta a lo largo de la novena vuelta y la décima. Entonces, apareció el mejor Pedrosa, aquél que es capaz de sobreponerse a todo y cuya mirada deja entrever sólo un deseo: ganar.

Ahora sí lo ha dejado claro: sigue la estela de Valentino Rossi. El piloto de Honda es el único que, junto a Il Dottore ha conseguido imponerse en 17 pruebas de los Mundiales antes de cumplir los 20 años de edad. Aún le quedan nueve oportunidades hasta su cumpleaños, el 29 de septiembre, para elevar el listón hasta un punto difícil de superar.

A falta de siete vueltas, Pedrosa consiguió rebajar el récord del circuito, se dio una vuelta de respiro y rebajó el registro de nuevo en dos ocasiones más. Pegado al colín de su Honda, el único capaz de seguirle, el local Randy de Puniet, le rebasó en la penúltima giro y, además, batió su marca.

Las gradas del circuito Bugatti, que albergaron un total de 75.740 aficionados, estallaron al percatarse de que un francés comandaba la carrera. Pero no. No ganó De Puniet porque Pedrosa no estaba por la labor de alegrarles el día al público, deseoso de ver a uno de los suyos encaramado a lo más alto del cajón.

"En la vuelta anterior a que me pasara De Puniet, no he mirado la pizarra y he rezado para que no fuera la última", declaraba tras la carrera un Pedrosa visiblemente contento; "tenía un punto previsto para adelantarle luego, pero no he podido hacerlo. Entonces es cuando ha cometido un error mientras yo estaba intentando pasarle. Al final, he entrado por un espacio muy pequeño. Esta vez no me valía ser segundo".

Pedrosa, quien se quedará en Le Mans junto al equipo Gresini, de MotoGP, para entrenarse, no quiso entrar en la polémica desatada con su casco a lo largo de los últimos días. Lo que es seguro es que ayer no corrió con Nolan, la marca que se los venía suministrando. Pedrosa disputó el Gran Premio de Francia con un casco de fabricación japonesa, aunque en el podio y en la conferencia de prensa posterior a la carrera mostró el habitual. Es más que probable que las relaciones entre Nolan y Pedrosa no se prolonguen mucho tiempo tras los problemas con el vaho que tuvo en Portugal y China. En Francia, ayer, no era el momento de probar cosas con la visera. Los experimentos tendrían que haberse hecho en la pretemporada.

Dani Pedrosa, exultante en el podio.
Dani Pedrosa, exultante en el podio.REUTERS

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