Ciencias y Humanidades
Esta sección de Cartas al Director viene siendo escenario de quejas de docentes de asignaturas de humanidades alarmados por la pérdida de horas lectivas de estas asignaturas en educación secundaria y bachillerato. Lo cierto es que si uno lee un poco detenidamente estas cartas, puede comprobar, con tristeza, que en muchos casos la auténtica preocupación de estos profesores es la defensa corporativista de sus puestos de trabajo, no la mejor formación de los alumnos.
Pero este victimismo no se corresponde con la realidad: muy lejos del oscuro panorama sobre la enseñanza de las humanidades que pintan estas cartas, el hecho es que los alumnos de letras estudian letras, y los alumnos de ciencias estudian ciencias y letras.
Si consideramos culta a una persona con conocimientos suficientes de diversas materias que le proporcionan saber y visión de conjunto, debemos concluir que nuestro sistema educativo proporciona más cultura a los estudiantes de ciencias que a los de letras. Cuántos estudiantes de ciencias de nuestra generación aprendimos lengua, literatura y filosofía hasta COU, mientras la mayoría de los que hicieron letras no tenían muy claro al llegar a la universidad qué era un ión, o en qué se diferenciaba una bacteria de un protozoo.
Seamos sinceros, las auténticas materias infravaloradas y arrinconadas desde siempre en el sistema educativo son las científicas y técnicas, no las humanidades.
Con una riqueza acumulada durante siglos, las humanidades han disfrutado desde antiguo de gran arraigo en las instituciones educativas. En comparación, la ciencia es una recién llegada, y a algunos les debe parecer una especie de cultura de segundo orden: tiene su utilidad práctica, pero no la consideran alta sabiduría. Y ello, a pesar de que una buena formación matemática y física es tanto o más necesaria para desarrollar capacidades críticas y de razonamiento como la filosofía. Y unos conocimientos suficientes de química, biología o geología son igual o más necesarios para entender el mundo en el que vivimos que la asignatura de historia.
El desequilibrio a favor de las letras, por mucho que se quejen algunos, no ha cambiado mucho desde que hicimos el bachillerato. En estos momentos un estudiante que elija la rama de Ciencias Sociales no tendrá ningún contacto con las ciencias experimentales, su única incursión será teórica y consistirá en una asignatura de matemáticas bastante descargada. Si elige la rama de Humanidades, ni eso. En cambio, sus compañeros de ciencias siguen estando obligados a cursar, afortunadamente, numerosas asignaturas de letras.-
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