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EE UU acosa a la insurgencia iraquí con una ofensiva general en la frontera de Siria

Diez 'marines' y 125 rebeldes han muerto en la mayor operación militar desde la toma de Faluya

Con más de 125 combatientes de la insurgencia iraquí y 10 marines estadounidenses muertos, la Operación Matador -que terminó ayer tras ocho días de combates y en la que participaron la aviación y la Armada- está llamada a ser la mayor ofensiva militar del Pentágono desde la violenta toma de Faluya hace seis meses. El Departamento de Defensa apenas proporciona información sobre lo que ocurre en el oeste de Irak, en la frontera con Siria, en donde la situación tampoco permite la presencia cercana de periodistas. Los responsables militares creen que la insurgencia continuará activa "varios años".

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Los soldados de EE UU llevaban meses dedicados a la preparación del asalto a la zona oeste de Irak, junto a la frontera con Siria. Aunque la retórica contra el Gobierno de Damasco parece haberse suavizado en los últimos meses, el Gobierno de George W. Bush todavía considera que esa línea fronteriza es el canal de paso para que "luchadores extranjeros" se unan a la insurgencia, algo que los combatientes iraquíes niegan.

Es una zona de desiertos y poblados sin apenas infraestructuras ni servicios médicos. "La situación es muy mala. Casi todo el mundo se ha marchado de su casa y se ha ido al desierto", ha declarado un líder tribal de Saada a uno de los pocos medios que tienen un periodista en la zona, la agencia Associated Press. Un médico del único hospital de la región, situado en la ciudad de Obeidi (de unos 50.000 habitantes), aseguró que las condiciones "son catastróficas". "No tenemos medicinas ni equipamiento médico y nos da miedo evacuar a los enfermos en ambulancias porque las tropas americanas pueden disparar contra ellos", asegura el doctor Saadalla Anad. Obeidi está en la provincia de Al Anbar, uno de los mayores reductos de la insurgencia; decenas de combatientes iraquíes habían construido trincheras en las últimas semanas en anticipación del ataque.

Los detalles sobre la Operación Matador, que comenzó hace ocho días, han sido minúsculos. Sólo la cadena Fox News ha tenido acceso a imágenes grabadas por el Departamento de Defensa, pero son vídeos que no aportan ninguna luz sobre la situación real en la zona. EE UU planeaba desde hace meses una operación masiva contra esa región, pero sólo dio la orden de ataque cuando logró obtener informaciones a partir de los dos altos responsables de la estructura militar de la insurgencia detenidos en las últimas semanas. Según algunas fuentes, uno de ellos proporcionó detalles sobre la posible localización del líder de Al Qaeda en Irak, el jordano Abu Musab al Zarqaui, a quien situaba en uno de los poblados cercanos a la frontera siria. También se han detectado combates entre facciones rivales de la insurgencia, confirmados por testimonios de habitantes de la zona y por fuentes del Pentágono.

La ofensiva, que el Ejército dio ayer por finalizada, coincidió con el incremento de ataques insurgentes, que han dejado casi 450 víctimas en apenas dos semanas.

En una valoración extrañamente pesimista, el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el general Richard Myers, ha anticipado que la resistencia violenta a la nueva situación política y la actividad de la insurgencia puede seguir activa a lo largo de los próximos años. "Esto requiere paciencia. Es un adversario que piensa y se adapta. No hay que esperar resultados mañana. Hay una cosa que sabemos sobre las insurgencias, y es que duran desde tres o cuatro años a nueve años", dijo Myers.

La violencia se cobró ayer la vida de 11 personas en Bagdad y Mosul. En la capital, hombres armados mataron a tiros a un director general del Ministerio de Exteriores, Jassim al Muhamadawy, al salir de su domicilio. Un suicida hizo explotar un coche bomba en una calle céntrica provocando la muerte de cinco civiles. En el barrio de Al Dura, al sur de la ciudad, el estallido de una bomba mató a cuatro empleados municipales. Y en Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, un vehículo explosionado al paso de una patrulla conjunta iraquí-estadounidense acabó con la vida de dos personas.

Soldados de Estados Unidos se aproximan al lugar de un atentado suicida con coche bomba ayer en Bagdad.
Soldados de Estados Unidos se aproximan al lugar de un atentado suicida con coche bomba ayer en Bagdad.REUTERS

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