Moratinos traza un plan para dar a las relaciones con EE UU "un fuerte impulso"

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, trazó ayer un plan, que ilustró con algunas medidas concretas, para "dar un fuerte impulso a las relaciones bilaterales con EE UU", después de un periodo difícil que tanto el ministro como el embajador en Washington, Carlos Westendorp, y el jefe de la delegación diplomática estadounidense en Madrid, Robert Manzanares, consideraron superado. El ministro reiteró que son objetivos de la política española que la democracia se abra camino en Cuba y se consolide en Venezuela.

"Con ambos países hemos recuperado un nivel normal de interlocución, perdido o muy deteriorado en la etapa anterior" dijo Moratinos, refiriéndose a Cuba y Venezuela. "Para nosotros, esa capacidad de interlocución no es un fin en sí mismo, sino que tiene un valor instrumental, porque, a través del diálogo, esperamos que en Cuba se avance hacia un mayor respeto de los derechos humanos y una mayor tolerancia de las actividades de la oposición pacífica. Y en Venezuela, aspiramos a contribuir a que el sistema democrático, las libertades públicas y la sociedad civil se mantengan y se fortalezcan", explicó el ministro.

Moratinos expuso en estos términos "el diálogo crítico" que ha vuelto a erizar las relaciones entre la Administración de George W. Bush y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al inaugurar ayer la 10ª edición del Consejo España-EE UU, una fundación privada que promueve las relaciones entre los dos países desde hace una década.

Cooperación intensa

El encargado de negocios estadounidense en España, Robert Manzanares, que intervino en el acto porque Eduardo Aguirre, el nuevo embajador ya designado por Bush, aún no ha obtenido la luz verde del Senado, afirmó que "España es un aliado, un amigo, un país importante para EE UU", y destacó que tras un periodo de frialdad, "en el que no pude ni quitarme el abrigo", dijo, "las cosas se están haciendo bien, las agendas se cumplen y la cooperación es intensa".

Manzanares subrayó la intensidad de los contactos a nivel ministerial registrados en las últimas semanas y se refirió a la buena marcha de la cooperación en Afganistán e incluso en la reconstrucción de Irak, pese a las divergencias derivadas de la retirada de las tropas. Señaló que España y EE UU cooperan en la crisis de Ecuador, a pesar de sus diferencias sobre Cuba y Venezuela.

Carlos Westendorp, embajador de España en Washington, afirmó igualmente que los medios de comunicación siguen manteniendo la imagen de las "turbulencias" a las que había aludido Manzanares. "Pero ya no es así", aseguró, y dijo que la Administración estadounidense le está facilitando enormemente las cosas para "situar las relaciones bilaterales al nivel que les corresponde".

Moratinos planteó este mismo objetivo desde una constatación: "No podemos ocultar la realidad de que, hasta ahora, estas relaciones han tenido una intensidad y un peso bastante limitados", afirmó. Y basó su apreciación en cuatro consideraciones que, a su entender, Washington no aprecia todavía suficientemente: el hecho de que "España se encuentra entre las ocho primeras economías del mundo, incluso por delante de Canada", precisó, "que es miembro del G-8"; las estrechas relaciones de España con Latinoamérica y el mundo árabe; el papel de España en la vanguardia internacional en la lucha contra el terrorismo; y la importancia creciente de la lengua española en el mundo.

El ministro lanzó, a continuación, cinco propuestas concretas para impulsar las relaciones entre Madrid y Washington: acordar un sistema de "reuniones ministeriales por lo menos una vez al año y, a otro nivel, dos veces al año", para reforzar la cooperación bilateral en América Latina, Oriente Próximo, el Mediterráneo y en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo; promover campañas de conocimiento mutuo para "erradicar los prejuicios y malentendidos" que a veces separan a los dos países; desarrollar un intercambio de becas juveniles, como el europeo Erasmus; crear una institución conjunta de investigación y desarrollo tecnológico; y crear una organización conjunta de empresas para animar los intercambios de información y contactos.

El senador Christopher Dodd, copresidente estadounidense del consejo, que va a ser sustituido por el también senador Melquíades Martínez, hispano, consideró que la retirada de las tropas de Irak es ya "cosa pasada". Antonio Garrigues Walker, copresidente español del foro, que tras cinco años en el cargo quiere también dejarlo, defendió que "España y EE UU tienen que tener necesariamente una buena relación", y recordó los últimos anuncios de inversiones importantes de General Electric en Cartagena y de IBM en Madrid para explicar que, en el terreno económico, las tensiones gubernamentales de los últimos meses "no han influido". En su discurso durante la cena de clausura del foro, el príncipe de Asturias abogó por un reforzamiento del vínculo entre EE UU y Europa "como base esencial del progreso y de la seguridad".