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EL PROCESO DE DIÁLOGO

Otegi apuesta por una mesa con todas las fuerzas políticas

El portavoz de la ilegalizada Batasuna opinó ayer sobre las condiciones y la conveniencia de un diálogo con ETA para puntualizar lo que él ve preocupante: que "se desvíe el foco de atención" a una hipotética mesa que algún día pudieran conformar ETA y el Gobierno. Según él, en realidad, el "arreglo y el acuerdo no lo van a hacer ETA y el Gobierno" sino que es responsabilidad de los partidos políticos.

"El acuerdo político que puede superar definitivamente el conflicto, el Stormont vasco, nos corresponde hacerlo a los partidos, sindicatos y agentes sociales de Euskal Herria, sin exclusiones", proclamó Otegi. En Stormont, Tony Blair firmó un Viernes Santo un acuerdo para el fin del IRA. Otegi criticó que "algunos" quieran hacer "dejación de su responsabilidad" y dejar en manos de ETA y el Gobierno el arreglo del final de la violencia.

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"Sin exclusiones"

Otegi continuó que, por ello, no es un dato relevante saber quién va a apoyar unos hipotéticos contactos en la primera o segunda de las mesas, sino si todo el mundo está dispuesto a estar en ellas. Y se dirigió a todos los partidos, entre los que citó al PNV, al Partido Socialista de Navarra (PSN) y al PSE para preguntarles "si están dispuestos a sentarse, sin exclusiones y sin condiciones, ni territoriales ni ideológicas, con todos los agentes políticos de este país para buscar el Acuerdo de Viernes Santo".

Este Stormont vasco, según Otegi, tiene que resolver de manera consensuada cómo "desatar los nudos que alimentan el conflicto". Son "el nudo de la territorialidad", es decir, reconocer que el espacio geográfico es Euskal Herria (el País Vasco, Navarra y las tres vascofrancesas) y el "nudo de la capacidad de decisión". "Sobre esto es lo que nos tenemos que poner de acuerdo", afirmó.

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Previamente, Otegi, había reconocido una consecuencia positiva del debate en el Congreso: el hecho de que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, marcara "cierta distancia" con el Pacto Antiterrorista. Aunque recordó que las consecuencias del mismo, las detenciones, operaciones policiales, juicios y la ilegalización de Batasuna, siguen vigentes.

Y, haciendo un juego de simetrías, quiso devolver al Gobierno socialista la misma expresión con la que éste recibió su propuesta de Anoeta en noviembre. "Lo que ha sucedido es que el Gobierno ha dado un paso, pero todavía no es el paso", dijo. "Dar el paso significaría decir que el Gobierno español está dispuesto a respetar lo que los vascos decidamos de la manera en que sus agentes políticos acordemos. Ése es el paso que habrá que dar algún día si se quiere resolver el conflicto", remachó.

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