La lluvia, protagonista en Le Mans

Llovió en Estoril, en Shanghai y, a tenor de las previsiones, mañana podría hacerlo en Le Mans, en el circuito Bugatti. Ayer fue una jornada de entrenamientos aciaga para la mayoría de los equipos, de los pilotos, que se limitaron a realizar verificaciones con distintos tipos de neumáticos.

Entre ellos, Sete Gibernau, que finalizó segundo en los libres por detrás del brasileño Barros. El piloto español, a pesar de los 37 puntos que le saca el líder Valentino Rossi -que acabó quinto-, se mostró confiado tras la sesión: "Creo en mis capacidades tanto en seco como en mojado. En las dos últimas carreras he perdido puntos, pero no confianza". El circuito le gusta. No en vano, se ha impuesto en Le Mans los dos últimos años. Puede que sea porque es un circuito muy técnico, con tramos que esconden aceleraciones muy bruscas y frenadas agresivas. O porque, tras el problema que tuvo con los neumáticos en China y tras el cambio de técnico de la marca francesa que le suministra los compuestos, el panorama se presenta más esperanzador. "En China nos equivocamos, pero no volverá a pasar. Los neumáticos los elegimos entre los técnicos de Michelin y nosotros", aseguró Gibernau.

Dani Pedrosa, a diferencia de Gibernau, sí ha cambiado el discurso, el chip. El catalán, que no salió a la pista durante la tarde debido al aguacero, ha entendido que, al igual que pasó en su día con Valentino Rossi, debe aprender a ir rápido en mojado: "Está claro que tengo que ir deprisa en seco, pero también en mojado". Y lo tiene que hacer con premura. Stoner y Dovizioso, dos pilotos que le superan en la clasificación del Mundial, pueden sacarle más ventaja en Le Mans. Ellos sí van rápido en mojado.