El tren que descarriló en Durango iba al triple de la velocidad permitida
El convoy circulaba a 60 kilómetros por hora en una zona en obras
El exceso de velocidad fue la causa del descarrilamiento sufrido el pasado 12 de abril por una unidad de Euskotren en Durango que causó 11 heridos leves. El informe oficial ha determinado que el convoy circulaba a 60 kilómetros por hora, el triple de la velocidad permitida en una zona de obras. El Gobierno investiga cómo se produjo el fallo humano, puesto que el maquinista pasó cuatro veces ese día por ese trayecto.
El accidente tuvo lugar a menos de un kilómetro de la estación de Durango cuando el tren, que circulaba en sentido a Bilbao, pasaba por un desvío provisional habilitado a causa de las obras de soterramiento que se están acometiendo en la línea de Euskotren a su paso por la localidad vizcaína. Tres de los cuatro vagones del convoy descarrilaron y once de los de los 25 pasajeros sufrieron contusiones leves. Cuatro de ellos llegaron a ser hospitalizados, pero fueron dados de alta pocas horas después del siniestro.
El primer informe elaborado por Euskotren ha concluido que no hubo fallos técnicos ni de seguridad. "La infraestructura de señalización era correcta y las unidades móviles estaban bien. La última revisión fue dos meses antes", afirmó ayer el consejero de Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann. La investigación ha determinado, basándose en la caja negra que llevan los trenes, que el convoy circulaba en el momento del accidente al triple de velocidad permitida: 60,2 kilómetros por hora, frente a los 20 marcados para esa zona de obras. El informe señala la secuencia de velocidades del tren desde que salió de Durango hasta el lugar del descarrilamiento: alcanzó una velocidad máxima de 63 km/h, no se hizo caso a un señal previa al lugar del accidente que la limitaba a 20 km/h y el maquinista frenó ya en la zona del desvío.
Amann dijo que "los gestores" del tren accidentado no "desconocían" la zona, que llevaba un mes en obras. Ese mismo día el convoy y el maquinista habían pasado hasta cuatro veces por el lugar. Además, el conductor, que está de baja laboral desde el siniestro, era una persona con eperiencia en su trabajo.
El consejero de Transportes dijo que ahora continúa la investigación disciplinaria, que se prevé concluir para julio. Pese a atribuir el accidente a un fallo humano, precisó que eso "no quiere decir que el responsable sea una persona".
En consecuencia, afirmó que no se aplicarán más medidas de seguridad para las obras de soterramiento del ferrocarril en Durango, que durarán dos años y medio. "Hay expertos que dicen que podría provocar el efecto contrario en la seguridad", apuntó. Amann admitió ser "consciente" de que el descarrilamiento "puso en peligro la vida de 25 personas" y que la "credibilidad" de Euskotren podría cuestionarse. Por ello, defendió una información "transparente" de lo ocurrido para que no se "empañe la imagen de la empresa", que persigue ofrecer un servicio de "calidad y seguridad" a los usuarios.
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