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La Eurocámara cierra el paso a la semana laboral de más de 48 horas

El Parlamento exige que las guardias inactivas sean consideradas tiempo de trabajo

Gabriela Cañas

Frente a la tendencia general a prolongar la jornada laboral, el Parlamento Europeo votó ayer por el tope de las 48 horas semanales, incluidas las extraordinarias. La Eurocámara, con 355 votos a favor, 272 en contra y 31 abstenciones, dictaminó que las excepciones a la regla que aplica el Reino Unido y que se extienden a una decena de países deben acabar en tres años. Tampoco las guardias inactivas deben considerarse tiempo de descanso. "Dejamos claro que rechazamos el modelo americano y asiático y queremos el modelo social europeo", dijo el socialista español Alejandro Cercas.

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La patronal europea, pero también el comisario de Empleo, el checo Vladimir Spidla, deploraron la decisión tomada por el pleno de la Eurocámara, que en este asunto tiene poder decisorio junto al Consejo (formado por los Gobiernos de los 25 países de la UE), razón por la cual el resultado final debe obtener el consenso de ambas instituciones. Junto al Reino Unido, país que logró introducir hace diez años la excepción a las 48 horas (conocida por opt-out) en la normativa europea, hay ya una decena de países que la están aplicando o planean hacerlo, como Alemania, Polonia o Eslovaquia.

Francia y España están entre los defensores de una mayor protección de la calidad en el empleo. No obstante, España aplica el opt-out en la atención sanitaria, lo que de salir adelante la propuesta del Parlamento debería terminar en tres años. "Lo que pasa en este sector", explica Cercas, ponente del informe aprobado ayer, "es que las guardias inactivas pueden computarse de manera distinta dependiendo de los convenios colectivos suscritos".

La actual normativa europea indica que ningún trabajador deberá trabajar más de 48 horas semanales (horas extraordinarias incluidas), pero millones de trabajadores, la mayoría de ellos en el Reino Unido, han suscrito la cláusula del opt-out, que permite a sus empresas exigirles más horas de trabajo. La difícil situación económica europea, el alto nivel de desempleo y la pérdida de competitividad está desembocando, según diversos estudios, al abuso de las empresas y a la extensión de esta cláusula en Europa, especialmente en el Este.

Alemania, Estonia, Malta, Austria, Eslovaquia y el Reino Unido recurren al opt-out o tienen previsto recurrir. No descartan hacerlo Italia, Lituania, Polonia y Eslovenia. Los laboristas británicos, en el Gobierno desde hace ocho años, votaron ayer, sin embargo, a favor de terminar con esta fórmula, junto al resto del Grupo Socialista, al que se unieron los verdes, parte de los liberales y parte de Izquierda Unitaria.

La Comisión Europea propuso el año pasado modificar la directiva de ordenación de tiempo de trabajo, fundamentalmente para acatar la jurisprudencia del Tribunal de Justicia europeo sobre las guardias médicas, precisamente ante una demanda española de la Comunidad Valenciana.

Los jueces dictaminaron hace cinco años que dichas guardias deben ser consideradas tiempo de trabajo, y la Comisión, considerando que tal sentencia pone en dificultades a los sistemas sanitarios, propuso en 2004 que no se considere tiempo trabajado la guardia inactiva, en la que el empleado está disponible, pero no realiza trabajo efectivo. El Parlamento Europeo también lo rechaza porque considera que largas horas de guardia sin el descanso preceptivo (normalmente deben ser 11 horas consecutivas una vez terminado el tiempo de trabajo) es algo peligroso e injusto.

Convenios colectivos

La propuesta de reforma de la Comisión se ha saldado con un resultado, por el momento, muy distinto al que Bruselas deseaba. Porque para el opt-out, por ejemplo, Spidla sólo proponía limitarlo a convenios colectivos, nunca a acuerdos individuales (posibilidad ahora existente), en los que el empleado puede sentirse más forzado a aceptar las condiciones del empleador.

En contrapartida, la Eurocámara ha aceptado que el cómputo de las horas semanales trabajadas se haga por un periodo de referencia de un año y no de cuatro meses, como se hace ahora. Y, por supuesto, tampoco se toca el principio de que directivos, altos ejecutivos u otras personas con poder de decisión autónoma superen voluntariamente el tope.

La patronal europea, Unice, dijo ayer que el opt-out es "esencial", mientras los sindicatos europeos (CES) dieron la bienvenida al voto parlamentario.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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