La luna Febe de Saturno procede de los confines del sistema solar
Febe, una pequeña luna de Saturno, que orbita el gigantesco planeta a gran distancia, se formó muy lejos de su actual hogar, han descubierto los científicos que analizan los datos suministrados por la sonda Cassini. Al igual que Plutón en el sistema solar, Febe es un cuerpo intruso en el sistema saturniano, explican dos equipos internacionales en la revista Nature. "Febe fue un resto de la nebulosa solar, la nube de gas y polvo interestelares de la que se formaron los planetas", ha dicho Torrence Johnson, miembro del equipo que analiza las imágenes de Cassini en el Jet Propulsion Laboratory. "No se formó en Saturno. Fue capturado por el campo gravitatorio de Saturno y lleva allí miles de millones de años esperando a la Cassini".
La nave pasó cerca (a 2.000 kilómetros) de Febe el 11 de junio de 2004, justo antes de entrar en órbita del planeta. Hasta entonces se sabía poco de la luna, de forma irregular y sólo unos 220 kilómetros de diámetro. Es una de las 34 conocidas hasta ahora en el planeta de los anillos, al que orbita a unos 13 millones de kílómetros de distancia. Los datos obtenidos durante el acercamiento permitieron conocer su composición y su masa, lo que ha confirmado la sospecha de que procede de los confines del sistema solar, de más allá incluso que el cinturón de Kuiper de donde se supone que proceden, entre otros cuerpos celestes, Plutón y Tritón. La sospecha de que Febe fue capturada por Saturno procedía de que es un cuerpo mucho más oscuro que otras lunas de Saturno y que rodea el planeta en una órbita excéntrica e inclinada que recorre en sentido inverso al de la rotación sobre sí mismo de éste.
Como Plutón
"Cassini nos ha mostrado que Febe es muy diferente de los demás satélites helados de Saturno, no sólo por su órbita sino por las proporciones relativas de roca y hielo. Se parece más a Plutón en este aspecto que a los otros satélites de Saturno", ha explicado Jonathan Lunine, de la Universidad de Arizona.
La densidad de Febe es parecida a la de los otros objetos conocidos del cinturón de Kuiper. Se cifra en 1,6 gramos por centímetro cúbico, lo que indica que es más ligero que la mayor parte de las rocas pero más pesado que el hielo puro. El hecho es que, además de hielo de agua y de dióxido de carbono, los datos indican que hay una gran cantidad de elementos distintos presentes en Febe, lo que convierte a este cuerpo celeste en singular entre los estudiados hasta la fecha. Con los instrumentos de la Cassini se han identificado minerales de hierro, filosilicatos, olivinas y piroxenos, así como compuestos orgánicos variados. Todo ello indica su formación en una zona distinta de la que se formó Saturno, probablemente mucho más lejos del Sol.
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