La voz de los escolares llega al Ayuntamiento
Si se trata de hablar de salud, les preocupan las drogas, la sexualidad y la alimentación. Durante un curso han desmenuzado las tres cuestiones. Ayer demostraron los frutos de sus reflexiones en forma de propuestas durante la audiencia pública, el acto anual en el que la corporación municipal escucha en el Saló de Cent a los escolares de entre 11 y 16 años. Un año más, ya van 10, los chavales sorprendieron por su madurez. Así lo reconocieron tanto el alcalde como los representantes de todos los grupos políticos del Ayuntamiento.
En los tres capítulos analizados, los estudiantes reclaman, ante todo, información: más y adecuada a cada franja de edad. Y lo hacen de forma realista. Por ejemplo, al tratar sobre las drogas o la sexualidad, piden poder informarse sin la presencia de padres o maestros. Así no se cortarán y serán capaces de preguntar absolutamente todo lo que les pase por la cabeza.
Y después de los datos, medidas concretas: quizá la más llamativa es que rescatan el encallado proyecto de las máquinas expendedoras de preservativos en las escuelas e institutos, y también en centros cívicos, bares y discotecas. "Y que tengan un precio reducido o sean gratuitos", insta el manifiesto de este año. Piden, en cambio, que suba el precio de "las drogas legalizadas: tabaco y alcohol".
El texto es el resultado de la participación de 1.461 chicos y chicas de 29 escuelas e institutos. Hablan también de la necesidad de acabar con la discriminación que sufren las mujeres en el ámbito laboral y los homosexuales por su condición, critican la falta de honestidad de la publicidad y el uso abusivo de ciertos patrones de belleza, reconocen que muchas veces el consumo de drogas depende de la capacidad de cada uno de decir sí o no, y parecido mea culpa entonan con el consumo de fast food. Y una última demanda: que los políticos hagan suyas las propuestas.
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