La inmensidad de China atraca en Valencia

La inmensidad de China se ha hecho presente en Valencia encarnada en el mayor carguero que jamás haya atracado en un puerto español. El buque MSC Rachelle, con bandera panameña y propiedad de la compañía Mediterranean Shipping Company (MSC), con sede en Suiza, ocupa la práctica totalidad del muelle Príncipe Felipe de Valencia y deja ver, sobre la cubierta, hasta siete plantas de contenedores. Su inmenso casco alberga otras nueve plantas en su bodega. En total, es capaz de cargar 8.200 contenedores.

Dos días después de su amarre las autoridades valencianas, con la notable ausencia del presidente Francisco Camps, a quien un providencial problema de horarios de la línea aérea que tenía que transportarle desde Florida le ahorró algún disgusto con sectores empresariales que, pese a defender la presencia del MSC Rochelle en Valencia, no consideran muy adecuada la fanfarria oficial prevista.

El mayor carguero que ha recibido Europa deja 5.000 contenedores de productos asiáticos

Estas reticencias, sin embargo, no fueron obstáculo para que allí estuvieran presentes el Consejero de Infraestructuras, José Ramón García Antón; el Delegado del Gobierno, Antoni Bernabé; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Rafael Aznar para dar la bienvenida oficial al buque y al vicepresidente de MSC, Diego Aponte. Por la tarde, Aponte y Aznar se entrevistaron con el presidente Camps en el Palau de la Generalitat. No asistió el presidente de la CEV, José Vicente González.

La llegada del buque constituye un hito para el Puerto de Valencia. Pero ilustra la amenaza que suponen las manufacturas asiáticas para muchos productores españoles y, singularmente, valencianos. La inmensa mayoría de los contenedores depositados en Valencia contiene productos textiles. Una descarga masiva que permite visualizar el crecimiento exponencial de las importaciones procedentes de China durante los últimos años.

Un dato que hizo que el portavoz socialista en las Cortes Valencianas, Andrés Perelló, aludiera ayer al Caballo de Troya que representa el buque, cargado por la competencia.

Pero un representante empresarial le dio la réplica: "La llegada masiva de productos asiáticos es imparable y, de hecho, muchos de nosotros estamos haciendo negocios en China". Cuando el mercado es el mundo, es lógico que los medios de transporte cobren dimensiones planetarias.

Diego Aponte, vicepresidente de MSC, ofreció la cara más amable de su negocio. Aponte anunció que los cruceros turísticos de la segunda mayor naviera del mundo harán escala regular en Valencia a partir de 2006. No descargarán contenedores, sino turistas de cierto nivel.

Pero el director comercial de la naviera, Carlos Ramos, incidió en el negocio puro y duro por encima de las relaciones públicas y anunció, por su parte, que otro buque de carga, el MSC Pamela, todavía mayor, atracará en Valencia el próximo mes de agosto. El MSC Pamela, en construcción en los mismos astilleros coreanos de la ciudad de Hyunday, será capaz de transportar 9.200 contenedores, según Ramos.

Las autoridades presentes, por su parte, subrayaron la capacidad del Puerto de Valencia para despertar el interés de las principales navieras del mundo y convertirse en destino de sus cargueros más inmensos. Bernabé destacó las obras que ejecuta el Gobierno central para mejorar los accesos por ferrocarril al Puerto de Valencia y garantizar su futuro. García Antón comprometió la máxima cooperación de la Generalitat para mantener las instalaciones al nivel que exigen los tiempos. Y Barberá apuntó que "todavía no imaginamos" la vocación de futuro de la ciudad de Valencia.