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Reportaje:SIGNOS

La escuela de los prodigios

Un libro analiza las trayectorias que siguieron los poetas surrealistas andaluces

Mientras los estudiosos discuten aún si puede hablarse de un surrealismo andaluz, un movimiento con características propias y denominación de origen, los poemarios permanecen. Y con ellos, los sueños, delirios y audacias de unos poetas que quisieron subvertir la realidad y revolucionar el lenguaje. Para clarificar el panorama, la Fundación José Manuel Lara acaba de publicar La copa de los sueños. Poetas surrealistas andaluces, un volumen que recoge ensayos de destacados especialistas acerca de los experimentos poéticos que tuvieron lugar en el seno de la Generación del 27.

La edición ha estado bajo el cuidado del catedrático de la Universidad de Cádiz (UCA) Manuel J. Ramos Ortega, quien explica así el origen de esta iniciativa: "En 2004 celebramos un seminario dentro de los cursos de verano de San Roque, dedicado al centenario de José María Hinojosa. Allí se dieron cita varios profesores, cuyos textos recogemos en este libro. Más tarde, como editor, me permití invitar a otros profesores para que la visión fuera aún más completa", señala el catedrático.

De este modo, concurren en el índice de La copa de los sueños nombres como los de José María Barrera, José Luis Bernal, Rafael de Cózar, Francisco Díez de Revenga, Patricio Hernández, Gabrielle Morelli, Brian Morris, Julio Neira y Alfonso Sánchez Rodríguez. Entre todos describen una clara columna vertebral del movimiento surrealista andaluz en la que destacan García Lorca, Vicente Aleixandre, Emilio Prados, Rafael Alberti, Luis Cernuda y el propio Hinojosa.

"Queríamos plantear una revisión, una vuelta de tuerca más a la idea de un posible surrealismo español, que tendría sus brotes más importantes en Andalucía, Cataluña y Canarias. En Málaga concretamente, la relevancia del trío Altolaguirre-Prados-Hinojosa, sumada a la conocida visita de Dalí, permite abrir un interesante camino para la investigación", explica Ramos Ortega.

Burguesía acomodada

Varias son las claves que explican el nacimiento de títulos como Poeta en Nueva York, Pasión de la tierra, Un río, un amor, Los placeres prohibidos, La flor de Californía, Carambas, Puentes que no acaban o Salón sin muros en el concreto ámbito de Andalucía. "A mi modo de ver, pudo quizá influir el hecho de que estos jóvenes procedían, en su mayor parte, de familias de la burguesía andaluza acomodada, lo que favoreció los viajes de sus hijos por Europa, especialmente Francia, en donde tuvieron la oportunidad de entrar pronto en contacto con las nuevas propuestas artísticas de vanguardia", asegura Ramos Ortega, quien también señala como decisivos ciertos contactos en la Residencia de Estudiantes de Madrid con talentos como Dalí o Buñuel, así como la influencia que el ultraísmo extendió por tierras andaluzas.

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Otra de las claves para entender cómo se forjó el surrealismo andaluz la dio Alberti en su estudio La poesía popular en la lírica contemporánea, cuando vino a aseverar: "el surrealismo español se encontraba precisamente en lo popular, en una serie de maravillosas retahílas, coplas extrañas, en las que, sobre todo yo, ensayé apoyarme para correr la aventura de lo para mí hasta entonces desconocido". La irrupción del cine como fenómeno de masas, la progresiva penetración del psicoanálisis y la proclamación de los primeros manifiestos revolucionarios debieron de hacer el resto del trabajo.

Por todo ello, según Ramos Ortega, "el surrealismo pudo darse aquí con más atrevimiento, pudo moverse con más seguridad en esas arenas movedizas de la experimentación y la vanguardia". "Hubo un intento de crear un frente andaluz surrealista, intentaron incluso hacer una antología, finalmente frustrada, que vendría a oponerse a la línea más academicista del 27, representada por Salinas o Guillén", añade el catedrático de la UCA.

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