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Al menos 28 personas mueren por la explosión de un polvorín en Afganistán

Al menos 28 personas han muerto y 70 resultaron heridas por la explosión de un polvorín clandestino de un señor de la guerra del norte de Afganistán, informó ayer la policía local. La explosión se produjo en un depósito de municiones perteneciente a un comandante de una milicia privada en la localidad de Bajgah, cercana a la ciudad de Jenjan, en la provincia de Baghlan, unos 180 kilómetros al norte de Kabul.

El jefe de la policía local, Fazeludin Ayar, explicó que el señor de la guerra se había desarmado, en teoría como todos los comandantes de milicias privadas, pero que en la práctica había escondido una cantidad enorme de armas en su casa. La policía no reveló el nombre del señor de la guerra y tampoco informó sobre las causas de la deflagración.

A pesar del esfuerzo del Gobierno de Hamid Karzai para desarmar a las milicias locales que proliferan en todo el país, en Afganistán siguen fuera de control toneladas y toneladas de explosivos y de armamento de todo calibre, herencia de las guerras que han sacudido el país: la invasión soviética (1979-1989), el conflicto civil (1992-1996), el régimen de los talibanes (1996-2001) y los enfrentamientos posteriores a la caída del régimen de los radicales islámicos.

Aunque en los últimos meses la violencia ha decrecido y los ataques de los talibanes se han hecho menos frecuentes, la inseguridad sigue siendo muy elevada en grandes partes de este país, que tiene previsto celebrar elecciones legislativas en septiembre. Ayer mismo, la policía informó de que una mujer y sus dos hijas fueron asesinadas a golpes en el norte de Afganistán porque trabajaban para una ONG extranjera.

El asesinato tuvo lugar en la misma zona donde se produjo la explosión del polvorín y fue reivindicado, en un letrero depositado sobre las víctimas, por el grupo radical Hezb-e-Islami, cuyo líder, el islamista Gulbudin Hekmatyar, es el señor de la guerra más buscado de Afganistán.

También ayer se produjo un atentado en Kandahar, principal ciudad del sur del país, una zona donde los talibanes siguen teniendo mucha fuerza. El ataque costó la vida a dos policías y tres personas resultaron heridas.

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